Muchos ecuatorianos vuelven a emprender arriesgados viajes para llegar a Estados Unidos. La prensa lo registra con lamentable frecuencia: a los coyotes se les pagan importantes sumas para travesías sin garantía. La tragedia más reciente se conoció esta semana: un adolescente de 15 años, que viajaba indocumentado para reunirse en Estados Unidos con su madre, murió deshidratado en el desierto de Texas.

Cuando no ha sido Estados Unidos, entre los destinos para migrar han figurado España, Italia, Chile e incluso Venezuela en los años setenta cuando su economía era fuerte.

Los migrantes van en busca de trabajo, por eso optan por economías boyantes. Incluso quienes dicen tener afinidad izquierdista migran a países donde se privilegia el capital.

También esta semana trascendió que Ron DeSantis, gobernador de Florida (Estados Unidos), firmó tres proyectos de ley de educación con el objetivo de fomentar la alfabetización cívica en las escuelas secundarias de ese estado, y que el plan de estudios del Gobierno les enseñe a los estudiantes sobre “los males de las ideologías totalitarias”.

DeSantis es un republicano que aparece en sondeos de intención de votos como posible candidato presidencial, de ahí que se pueda comprender su posición acentuada al embestir directamente contra las ideologías comunistas.

De su controvertida posición rescato su propuesta de que todos los estudiantes de la Florida tengan un conocimiento práctico de la historia estadounidense, del Gobierno, de sus principios constitucionales y de la Declaración de Derechos, para que puedan “comprender la diferencia” con los regímenes comunistas y por qué la gente huye de esos países para llegar a Estados Unidos, incluso a costa de arriesgar su vida.

Sin embargo, no hay que irse a los extremos.

Ciertamente, las permeables mentes adolescentes se entusiasman con ideas transgresoras, vibran con utopías e ideales, quieren equilibrio económico y social y esperan conseguir avances en materia de derechos para las minorías, los rezagados o los discriminados, y debido a ello son terreno fértil para caudillos que se llenan la boca de pueblo y los bolsillos con los dineros públicos que, de no robárselos, serían invertidos en mejores condiciones de vida para ese pueblo, y con ello le evitarían la desgracia de migrar y probablemente de morir en el intento.

Los estudiantes de secundaria deberían recibir una enseñanza plural, que no se supriman puntos de vista pero que tampoco se adoctrine. Que comprendan las diferencias, sí, para que saquen conclusiones propias, críticas. Solo así evitarán ser parte de rebaños que terminan respaldando a caudillos de una u otra tendencia, incluso sin proponérselo.

Si se busca el origen político de los funcionarios investigados, detenidos, con grillete, fugados o sentenciados, se encontrará que obtuvieron respaldo con partidos o movimientos que captan emocionalmente a votantes que no disciernen entre quienes utilizan la política para servir y quienes se sirven de ella y del poder alcanzado. Hay que espabilar a los jóvenes ciudadanos, pues con los más grandes no hay punto de retorno. (O)