Culminaron las negociaciones entre gobierno y las organizaciones indígenas. Se desprende que el Ejecutivo y las organizaciones concertaron un plan de cogobierno. Insólito acuerdo no entre organizaciones políticamente afines o al menos cercanas, sino entre un gobierno de ideología libertaria y organizaciones indígenas cuyos dirigentes profesan el marxismo andino. Los extremos. El Gobierno incluso cede a las organizaciones indígenas el presupuesto y manejo educativo de sus comunidades, para que las nuevas generaciones indígenas sean adoctrinadas en contra de la democracia representativa y la economía de mercado. Nuestros impuestos financiarán la indoctrinación para nuestra destrucción. Iza logra lo que Sendero Luminoso no soñó conseguir en Perú.

Se acepta también que organizaciones indígenas intervengan en el censo para manipular la inflación del número de quienes se identifiquen como indígenas y así dichas organizaciones podrán reclamar una mayor legitimidad, y ampliar la población estudiantil que deje de recibir una educación nacional y pase al programa de indoctrinación marxista.

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El plan de gobierno que surge de las negociaciones es estatizante, en radical contraposición a lo ofrecido por Guillermo Lasso en campaña y por el que el electorado se pronunció en las presidenciales.

Cuando dos partidos elaboran conjuntamente un plan de gobierno, el motivo es consolidar una mayoría legislativa para viabilizar ese plan. Pero aquí no se contempla esa posibilidad. Incluso, los asambleístas de Pachakutik más afines a Iza están en la oposición más intransigente.

Entonces, no se trata de un acuerdo de gobernabilidad.

La segunda opción es que se trata de un secuestro y el Gobierno busca pagar el rescate y recuperar su libertad: comprar la paz. No más levantamientos. Se ha impuesto la tesis de que la Conaie y agrupaciones afines tienen el derecho a destruir infraestructura pública, propiedad privada, disparar a fuerzas del orden, tomarse ciudades, envenenar fuentes de agua, y que a la fuerza pública le está vedado reprimir estas acciones vandálicas y subversivas. Las cortes tampoco tienen el derecho de sancionar esos delitos.

Si Iza y demás dirigentes arman otro levantamiento, estarán violando el acuerdo...

El Gobierno pagó el rescate, pero el secuestro sigue. Líderes de los movimientos indígenas se manifiestan insatisfechos y amenazan con un nuevo levantamiento. Tampoco entonces el gobierno compró la paz.

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El Gobierno sacrifica conducir el país por la senda de desarrollo que nos ofreció y por el que votamos, captar inversión privada para que crezca la economía y genere empleo, reducir el gasto corriente superfluo, canalizar los subsidios hacia los más pobres, dejar una economía sólida y próspera en 2025. Y a cambio, no recibe nada.

Es una consecuencia de toda negociación exitosa, que ambas partes se sientan insatisfechas, dándole más importancia a lo que ceden y menos a lo que consiguen. Y en las negociaciones, hay el principio de que nada que se haya concedido queda en firme hasta que no se haya alcanzado el acuerdo definitivo.

Si Iza y demás dirigentes arman otro levantamiento, estarán violando el acuerdo y el Gobierno quedará liberado de todo compromiso. No a la cesión del presupuesto de educación. No al cogobierno en petróleo y minas. No al mantenimiento del subsidio a los combustibles. Sí a hacer respetar la ley y el orden. (O)