Tal es el zafarrancho político que empiezo a cantar villancicos para ponerme en modo Navidad. Tarareo “25 de diciembre, fun, fun, fun”, pero nada de fun estos días, puro fan por el extremo calor guayaco. Activo el Chat GPT y una voz pregunta si soy villana. Me quedo fría y contesto “nooo”. Pulso escape. ¡Que susto! Al rato recuerdo que los villanos, habitantes de las villas, cantaban villancicos. “Uff”, me digo, con razón la confusión entre cogotes y crismas.

‘Que se maten’

Cambio a un canal y escucho: “Ya viene el niñito jugando entre flores y los pastorcitos le cantan amores”. Tal parece que Diosito oyó, porque mandó al presi Daniel. Pero creo, como Milei, que debe ajustarse el villancico porque no son los pastorcitos los de los amores sino los borreguitos. Y no era a Daniel que le cantaban sino a Luisa, que tampoco era María. ¡Vaya lío! Mientras tanto, llega un regalo metástico de Lady Diana: hallo que al Mashi le gusta “Campana sobre campana, asómate a la ventana, verás a un niño en la cuna”. Porque ¡tremendo campanazo! Lo que me tiene hecha bola es que asomo por la ventana y a quien veo es a Muentes. ¡Qué mismo!

Cuentan que en el pleno la liga azul entonó: “A la ñañita ñaña, ñañita ñaña, ñañita ea” en lugar de “A la nanita nana…”. ¡Uy, se va a armar, pensé! Y sí. El presi Henry rugió: “¡Orden en la sala, aquí nadie canta y tampoco me cambian la letra!”. Una asambleísta bochinchera respondió: “hazte el loco, finge demencia”. ¿Será?

Navidad y cultura

En esas tuve una epifanía: baby Torres en el pleno bailando en trencito con la Llori “Tuki tuki tuki tuki, tuki tuki tuki ta, apúrate mi burrito que ya vamos a llegar”. Y claro que se entukió el baby, como todo un alazán. Diga.

Sigo canturreando: “En el portal de Belén, hay estrellas, sol y luna”. Llego a lo de “una estrella se ha perdido y en el cielo no aparece” y paro a raya. ¿Cómo va a aparecer si está en cana, hecha polvo? Ay, estos judicaturos, eso les pasa porque “bebían como peces en el río/ bebían y bebían y volvían a beber”, pero mal whisky.

Con el cancionero, afino mi voz: “Era Rodolfo el reno, que tenía la nariz, roja como una grana… y todos sus amigos, con él no querían jugar, y el pobre Rodolfo el reno, solo y triste se quedooó”. Me da penita y tapo mis orejas.

A gritos

Continúa la música con “Ay del chiquirritín, chiquirriquitín, metidito entre pajas, ay del chiquirritín, chiquirriquitín, queridín, queridito del alma”. Me la salto rapidito y escucho “Dime niño, de quién eres, todo vestido de blanco. Soy de la Virgen María y del Espíritu Santooo”. Me la salto también, la verdad es que no entiendo.

Hago zapping y oigo a Bublé: “You better watch out, you better don´t cry… I´m telling you why: Santa Claus is coming to town. He’s making a list and checking it twice. He´s going to find out who’s naughty and nice”. ¡Uyuyuy! Pienso que debe ser por eso de los chats. Solo le pido a Santa que venga “corriendo porque el chocolatillo (y otras cositas) se lo están comiendo”. ¡Caray, caray!

Por lo pronto, queridos lectores, feliz Navidad, próspero año y felicidad, a lo Feliciano. Por mi parte, “I wanawichu a mery crismas”, muchos abrazos ¡y un gran 2024! (O)