Tuve la oportunidad de ver un bien realizado documental sobre un tema del que poco se habla en el país.

Un trabajo de tesis de jóvenes estudiantes de la Universidad Casa Grande, en Guayaquil, sobre la educación a personas con trastornos cognitivos, lo que antes se llamaba retardo mental o discapacidad mental.

La producción fue parte de un proyecto de titulación, acompañado con la guía de docentes del Departamento de Coordinación de Investigaciones de los alumnos.

Fue también un reconocimiento a Marcia Gilbert de Babra, quien fue pionera entusiasta y decidida para ofrecer oportunidades de educación a personas que por su trastorno cognitivo no recibían educación de manera sistemática.

Al principio fue difícil, era un tema relegado, muchas de las familias ocultaban a sus hijos que padecían ese trastorno, pero poco a poco fueron llegando y la iniciativa de Marcia creció, aunque con dificultades, para obtener el reconocimiento oficial.

Hoy, la ciudad y el país entero saben que Fasinarm es el centro pionero y de más experiencia sobre el tema.

El documental que con el nombre de Ser parte se presentó en la semana que recién terminó refleja el proceso del nacimiento y evolución no solo de una institución, sino también del pensamiento social sobre el asunto.

Recoge momentos interesantes de la creación y el trabajo continuo de la institución, desde el inicio de sus labores hasta la ubicación laboral de sus egresados.

Entonces, el título del documental se explica claramente, Ser parte ¿de qué?, de la sociedad, de la oportunidad escolar, del trabajo, de la normalidad de la vida diaria.

Pero también se aplica a quienes dedican sus conocimientos, su tiempo, sus estudios permanentes a una tarea necesaria, que requiere vocación, capacitación y estudio.

Antes, las personas con trastornos cognitivos eran relegadas, invisibles, nadie les ofrecía trabajo, ahora, gracias a la oportunidad de educarse, no es raro encontrarlas trabajando en distintos lugares, contentas, felices de no ser consideradas inútiles o diferentes.

Los autores del documental tienen la responsabilidad de hacerlo llegar al mayor número de personas posible. No solo porque muestra que la educación de las personas con trastornos cognitivos es posible, sino también porque nos ayuda a pensar que todos los seres humanos tienen la posibilidad de desarrollar sus habilidades características, si hay quienes se la ofrecen.

Volvamos al título Ser parte, eso aplica para todos, tenemos la responsabilidad individual de encontrar el espacio en el que por vocación debemos desarrollarnos y actuar. Si lo pensamos bien, todos tenemos algo que ofrecer y compartir.

La pregunta es ¿queremos ser parte o ser aparte? Antes de respondernos debemos tener muy claro lo que cada palabra significa y sus consecuencias. (O)