La sensatez es una cualidad que deben tener las personas para actuar con buen juicio y prudencia en sus actos y decisiones. Y debe haberla en la gestión pública y en quienes discrepan sobre esta; y, en los entornos privados, que no deben confundirse con aquella.

En los días que vivimos se multiplican quienes en conductas y en pronunciamientos evidencian su falta de sensatez, lo que motiva respuestas similares, cayendo en ‘toma y daca’ de insultos que nada solucionan y todo complican, peor cuando se introducen expresiones de burla.

La conducta del ministro de Gobierno, Henry Cucalón, al visitar al presidente de la Asamblea Nacional, Virgilio Saquicela, el pasado jueves 16 de febrero, podría ser como aquello de que ‘una golondrina no hace verano’, en cuanto no basta para asegurar que va a ser el tono de relación, de no haber correspondencia y continuidad, de ida y venida. No se quiere tonteo.

La sensatez para nada debe conllevar encubrimiento o silencio, todo –en los temas relativos a la gestión pública– debe transparentarse, no hacérselo o introducir trabas para que no se llegue a su conocimiento puede considerarse, por lo menos, ocultamiento, que es forma de encubrimiento.

¿Se podrá trabajar en una agenda sustentada en la sensatez, no en amarguras, ni en resentimientos?, pienso que sí.

Y si se decide reabrir investigaciones, en buena hora, pero siempre para llegar a evidencias o a indicios que tengan sustento.

Los diálogos de la prefecta electa de Guayas, Marcela Aguiñaga, y del alcalde electo de Guayaquil, Aquiles Álvarez, con el gobernador Francesco Tabacchi, sobre problemas en los ámbitos de las competencias por asumir deben convertirse en compromisos.

Los grupos de trabajo en los gobiernos provinciales y en los gobiernos municipales, para la transición, antes de la posesión del 14 de mayo de 2023, deben ser operativos.

En el caso de Guayaquil solo querer caer sobre la alcaldesa saliente, Cynthia Viteri, como que fuera bombo en fiesta, no sería justo. El inventario de su gestión debe considerar lo positivo y sus errores, así como los entornos en que se dieron.

Sobre la gestión municipal de Febres-Cordero y Jaime Nebot hay múltiples juicios de valor expresados por el presidente Lasso, mucho antes de recibir el apoyo del segundo en 2021.

Un simplismo que no acepto, es que a las autoridades seccionales electas, cuando han sido promovidas por una fuerza política con líder nacional o local, solo podrá considerárselas como operadoras de ese líder. Lo respetable de su gestión dependerá más de la propia autoridad electa, que de la madurez del líder.

Históricamente más han sido los problemas en la historia del Ecuador y en otros países, cuando ha faltado la madurez del líder, podríamos señalar ejemplos.

Queremos en el Ecuador la madurez que parecería ser que se está recuperando en Brasil, o que se dio en los años siguientes a Pinochet en Chile, con gobiernos de ideologías diversas.

No queremos caer en circunstancias similares a las del Perú caótico, como lo ha sido en periodos seguidos de gobierno, y más grave en recientes semanas.

¿Se podrá trabajar en una agenda sustentada en la sensatez, no en amarguras, ni en resentimientos?, pienso que sí. (O)