Obviamente estoy parodiando a Juan Montalvo cuando desde París, al enterarse del asesinato a García Moreno, dijo, románticamente, “mi pluma lo mató”, y lo hago para significar el terrible error del expresidente Rafael Correa al sugerir o demandar sanciones contra el Ecuador y hasta mencionar el bloqueo del golfo de Guayaquil, lo que estrangularía la economía ecuatoriana.

Ese bloqueo lo efectuó el presidente peruano Ramón Castilla en los 1860, en medio de una descomposición nacional durante la cual tuvimos cuatro gobiernos. ¡Lo propone un expresidente en defensa de su socio Jorge Glas, repudiado por la mayoría de ecuatorianos! Cuando Colombia bombardeó nuestro territorio, el expresidente Correa no adoptó ninguna represalia. Correa debería pensar en el juicio de la historia y procurar una pacificación con su amigo Andrés Manuel López Obrador. No deberíamos descartar que la negativa del Gobierno de Colombia a vendernos electricidad sea parte del plan. Estamos débiles por la incapacidad de la anterior administración.

La demanda de México

Podemos decir que toda esta tragicomedia del asilo diplomático a Glas estuvo cuidadosamente planeada por Correa con López Obrador, quien, previamente a conceder el asilo, provocó al Gobierno ecuatoriano cuestionando la legitimidad de su elección; el Gobierno ecuatoriano o cayó en la trampa o quiso aprovechar de ella para ahondar las cosas y expulsó a la embajadora de México; luego vino la concesión del asilo, y la reacción del Gobierno ecuatoriano que en una invasión comando de la Policía Nacional invadió la Embajada de México y capturó a Glas. Luego, la totalidad de la comunidad internacional condenó la violación de la embajada mexicana; así lo hizo la Organización de los Estados Americanos (OEA) en sesión en la que la votación en contra de Ecuador fue de 29 votos y una abstención. Ningún Gobierno podía consentir la violación de una embajada porque sería autorizar la violación de la propia. Es de mucha importancia la exhortación que se hizo para que las partes busquen un entendimiento. Varios ofrecieron cooperar.

Obsesión por el poder

México nos ha demandado reparaciones ante la Corte Internacional de justicia. El Ecuador debe preparar un equipo de reconocidos internacionalistas con práctica en la Corte Internacional; también contratar un estudio jurídico especializado en casos en la Corte. Todo abogado ecuatoriano quisiera estar en ese equipo, pero esta es una cuestión especializada y que requiere, además, conocimiento de una de las dos lenguas oficiales de la Corte: inglés o francés; por el eventual acuerdo entre las partes deberán abstenerse de toda censura política a la otra parte y procurar un arreglo.

Es una discusión de derecho internacional, no política. La pretensión de México de una suspensión de Ecuador en la ONU, no es competencia de la Corte, sino de la Asamblea General por recomendación del Consejo de Seguridad, lo que la torna casi imposible. La resolución de la Corte ecuatoriana, en el habeas corpus, señalando que la aprehensión de Glas se hizo ilegalmente, sin una orden judicial de allanamiento, influirá negativamente en la Corte de Justicia internacional. (O)