El asedio es una operación militar: un ejército rodea una fortaleza enemiga impidiendo la entrada de abastecimientos, realiza ataques sistemáticos hasta debilitar su voluntad de lucha y conseguir su rendición. En la Asamblea, el asedio ha sido la estrategia conspirativa permanente con el objetivo de debilitar al Gobierno y defenestrarlo.

La mayoría desestabilizadora creó una comisión de asambleístas con mayoría afín al correísmo, con un ampuloso nombre: “Comisión ocasional multipartidista de la verdad, justicia y lucha contra la corrupción”. Resulta irónico que esta comisión sea para investigar la verdad, por la justicia y de lucha contra la corrupción; simplemente escupen para el cielo.

El apurado informe que a última hora tuvieron que cambiar, modificando las causales, resultó demasiado grotesco: acusar al presidente de traición a la patria. Ese mamotreto no es más que “crónica de un nuevo Chucky Seven esperado”.

La mayoría de ecuatorianos debemos identificar quién es el verdadero “traidor a la patria”. Recordemos las continuas frases denigrantes, como “traidores a la patria”, “trogloditas”, “fascistas”, etcétera, proferidas por Rafael Correa contra los mandos militares y que tenían la perversa finalidad de aniquilar el prestigio y la credibilidad de la institución. Las falsas y tendenciosas afirmaciones de que existen grandes diferencias entre los oficiales y la tropa, queriendo deliberadamente llevar la lucha de clases a los cuarteles, acción peligrosa en una institución jerarquizada y bajo leyes y reglamentos rigurosos, fractura su estructura vertical, constituyéndose en un atentado a la moral, disciplina y confianza de sus mandos.

Cinco legisladores eliminan la causal traición a la patria, pero recomiendan enjuiciar al presidente de la República, Guillermo Lasso, por el delito contra la seguridad del Estado

¿Qué se considera traición a la patria?

Nombró como ministros de Defensa a enemigos de la institución, que trataron de cooptarla para sus fines perversos; defenestró a los mandos que no le eran obsecuentes, llegando a decir “que gobernaría con tenientes”. No renovó el convenio con EE. UU. para que desde la base de Manta operaran los aviones radar más sofisticados del mundo, pero firmó convenios de cooperación militar con Cuba, Venezuela y Bielorrusia. La frontera norte quedó desguarnecida y el espacio aéreo lo mantuvo libre para el ingreso de avionetas del narcotráfico.

El intento fallido de meter en los cuarteles a comisarios políticos encargados de controlar las actividades militares y adoctrinar a sus miembros, especialmente a la tropa.

El asalto a las empresas militares, que las saquearon como botín y las quebraron deliberadamente, como la emblemática empresa aérea TAME.

La adquisición de los helicópteros Dhruv fue una estafa harto conocida; los aviones Cheeta que se compraron usados; los aviones Mirage que “generosamente obsequió” Hugo Chávez, que son basura que estorba en la base de Taura. Estas son apenas unas cuantas perlas del Gobierno más nefasto de la historia.

Traición a la patria, según el diccionario de la RAE: “Delito cometido por civil o militar que atenta contra la seguridad de la patria”. En muchos países es castigado con prisión perpetua e incluso con la pena de muerte.

Dante Alighieri ubica a los traidores en el último círculo del infierno, ya que considera a la traición como el peor pecado de todos. (O)