La importancia de la cultura en la erradicación de la violencia de género es fundamental, en cuanto a que las actitudes, normas y valores arraigados en una sociedad influyen directamente en la forma en que se percibe, tolera o combate la violencia de género.

La cultura moldea las creencias y actitudes desde una edad temprana, a través de procesos de socialización y educación que pueden cambiar percepciones y actitudes sexistas desde el principio y se puede contribuir a una sociedad más equitativa.

Las normas culturales y los valores influyen en cómo se define y se tolera la violencia, de ahí la importancia de promover valores como la igualdad, el respeto y la empatía puede cambiar las expectativas sociales en torno a las relaciones de género. Es importante fomentar representaciones no estereotipadas de género que desafíen los roles tradicionales y promuevan relaciones igualitarias.

Muchos actos de violencia de género están vinculados a estereotipos de género. Desafiarlos y desmontarlos es esencial para cambiar las actitudes y prevenir la normalización de comportamientos violentos. También fomentar la participación activa de la sociedad en la promoción de la igualdad de género y en la denuncia de la violencia contra niñas/os y mujeres contribuye a la construcción de una cultura que no tolera esta violencia.

La cultura influye en la aceptación y la implementación de leyes y políticas relacionadas con la violencia de género. Es crucial crear un entorno cultural que apoye y refuerce la igualdad de género en todos los niveles. Una cultura que promueva el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de oportunidades puede reducir la vulnerabilidad.

Le apuesto a la cultura y el arte para cambiar hábitos con el fin de erradicar la violencia de género. Este cambio cultural implica transformar las actitudes, valores y comportamientos arraigados en la sociedad para construir un entorno más equitativo y seguro para todas las personas, independientemente de su género.

Desde que se tipificó el feminicidio como delito en Ecuador, en el año 2014, hasta el 2023 hemos perdido 1.617 vidas de mujeres debido a la violencia, cifra que año a año va en aumento, según la Asociación Latinoamericana para el Desarrollo Alternativo. No seamos indiferentes a la gran proporción de niñas y mujeres que son explotadas, abusadas y violentadas en nuestra sociedad, sin oportunidades, cosificadas, deshumanizadas y sin derechos. No son parte de las estadísticas porque provienen de sectores en extrema pobreza, en condición de calle y nadie denuncia.

Desde la Casa de la Cultura Ecuatoriana núcleo del Guayas, a través del arte, pretendo llevar un activismo permanente para el cuidado de nuestros niños/as fortaleciendo sus derechos culturales, alejándolos de adicciones, creando oportunidades de empoderamiento femenino a través de nuestros programas y dando voz a muchas mujeres que no la tienen. De ahí la importancia de sumar esfuerzos para fortalecer los derechos culturales como mecanismo de prevención de violencia, cuidado, empoderamiento de la mujer, transformando realidades que actualmente perpetúan la violencia de género. (O)