Han quedado pendientes en la Asamblea Nacional 52 proyectos de ley de diversas materias, entre ellos la reforma con relación al Código para la Protección Integral de niñas, niños y adolescentes, la reforma constitucional que permite a las Fuerzas Armadas colaborar con la Policía Nacional en tareas de lucha contra el crimen organizado. Nada de eso convocó a los exasambleístas a legislar.
Sin embargo, iniciaron juicios políticos contra Patricio Carrillo, Diego Ordóñez, Bernardo Manzano, Darío Herrera, Esteban Bernal y otros. En total hay trece juicios pendientes por resolver en la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional.
Por otro lado, algunas comisiones legislativas disponían que comparezca todo servidor público para que ponga a disposición de ellos información que consta en las plataformas digitales públicas.
El Poder Judicial no escapó del tan poco disimulado deseo de asaltarlo y prueba de ello fueron las 70 comparecencias y 700 pedidos de información que le requirieron a la fiscal general del Estado, Diana Salazar. A los vocales del Consejo de la Judicatura los convocaron casi de igual manera, solo el año pasado fueron casi 400 pedidos de información, les plantearon juicio político y como no prosperaron, hace un par de meses presentaron una nueva solicitud de juicio.
El juicio político al presidente Guillermo Lasso fue por peculado, no se presentó una sola prueba, pero estuvo invadido de una vergonzosa narrativa de insultos. Exhibieron su adicción al poder sin pudor alguno.
Tampoco avanzaron con las amnistías a favor de Leonidas Iza y Ricardo Patiño. El primero enjuiciado por secuestro y terrorismo en octubre de 2019, y el segundo por convocar a una resistencia combativa. Y es que este es el punto central de este texto: el autoritarismo como forma de gobierno.
En total hay trece juicios pendientes por resolver en la Comisión de Fiscalización...
La raíz de las guerras en la actualidad ya no son las ideologías propiamente dichas, como lo fueron antes del derrumbe del muro de Berlín, no, eso ya no nos está matando. Ahora la crisis, nacional y mundial, radica en la tensión entre la democracia per se y este autoritarismo que de ejemplos tenemos varios en el continente: desde Daniel Ortega –en Nicaragua– hasta Nicolás Maduro –en Venezuela– y de ahí sus similares, de izquierda y de derecha, da igual.
La táctica es prometer el progreso para todos, usar la vía democrática y apoderarse de sus instituciones, controlar los recursos que, a estas alturas del partido, favorecen a la tecnología y con ello lo bélico incluido, a la inteligencia artificial y acceso a información privilegiada. En el tema de recursos, este sistema de gobierno autoritario no se detiene ni en arrancar minerales destrozando el planeta, ni lucrando de la venta ilegal de drogas, arrancándoles la vida a nuestros semejantes. Son mercenarios.
Este gobierno ya tiene fecha límite y espero que tenga claro cómo dejará su huella. Por nuestra parte, espero que tengamos claro quiénes son los políticos autoritaristas que nos ponen la pistola en la cabeza, literal y metafóricamente, y quiénes, al igual que Calderón un 24 de mayo en las faldas del Pichincha que mantuvo en alto la libertad, siguen actuando como políticos decentes y serán patriotas eternos. En ellos hay que fijar la mirada, sin permitir que nos distraigan las depravadas alianzas que usarán todo su arsenal para atraer votos. (O)