No estamos consternados por la muerte de Agustín Intriago, alcalde de Manta. No es suficiente que las autoridades del Gobierno expresen su solidaridad ante el crimen y ofrezcan, como es costumbre, capturar a los responsables para que se haga justicia.
Lo que sentimos los ecuatorianos es rabia e indignación por lo que sucede en nuestro país.
Juan Zapata, ministro del Interior, nos había asegurado que se brinda resguardo policial a los alcaldes que solicitaron protección. Según la Asociación de Municipalidades del Ecuador, 17 alcaldes han recibido amenazas contra su vida. Agustín Intriago era uno de ellos. Tenía protección policial según expresó, en rueda de prensa, el general Edwin Noguera, comandante de la Zona 4 de la Policía Nacional. Y con la policía protegiéndolo lo mataron con un fusil.
Hace pocas semanas, en otro ataque que sufrió Luis Chonillo, alcalde de Durán, fueron asesinados los dos policías que lo protegían.
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Las mafias criminales tienen sometido al Ecuador y ante la ineficiencia para combatirla no caben los discursos vacíos. Desde la campaña electoral de febrero de 2023, los candidatos y políticos en funciones han sido blanco de atentados. Los datos tienen rostro y son estremecedores. Rider Sánchez, candidato a asambleísta por la alianza Avanza-Suma, fue asesinado con tres disparos. Omar Menéndez, candidato a la alcaldía de Puerto López, fue asesinado con diez disparos. Julio César Farachio, quien aspiraba a ser alcalde de Salinas, fue asesinado durante un recorrido de campaña.
En el caso del crimen de Agustín Intriago se ha detenido a uno de los posibles responsables. El caso está en investigación, al igual que los otros crímenes. Seguramente se detendrá a otros autores materiales. Son los sicarios que cumplen órdenes. Muchos no saben ni de quién viene la orden. Y así siguen los crímenes, ante la más absoluta impunidad porque ellos saben que hay pocas probabilidades de que les capturen.
Estuve la semana anterior visitando Manta, una ciudad que enamora. Hace algunos años que no la visitaba, por lo que me llamó la atención su importante desarrollo urbanístico. En mi interior pensé qué buen alcalde han tenido y me alegré de que los mantenses hayan reelegido a Agustín Intriago.
En su plan de trabajo, Intriago ya advertía que entre los principales problemas de la ciudad constan el consumo de drogas, hurtos y muertes violentas, por lo que pidió al Gobierno apoyo para para mejorar la seguridad ciudadana. En la campaña decía que no será un alcalde de escritorio, que su contacto con la gente será permanente. Y así fue, lo mataron rodeado de su gente en el barrio 15 de Septiembre.
Lo habría podido hacer sin poner en riesgo su vida, si la inteligencia policial hubiera funcionado. Esta se aplica con anticipación y es parte fundamental de la protección que se da al funcionario. Nos quedan algunas preguntas pendientes: ¿cómo dieron los sicarios con la ubicación de Intriago? ¿Dónde está el informe de riesgo que debió elaborar la policía para proteger a Intriago?
Urgen estas respuestas. La falta de ellas no se la suple con mensajes de solidaridad y condolencia a la familia que queda destrozada de por vida. (O)