Joaquín López colocó la bandera de Ecuador sobre los hombros y cruzó la meta de la carrera del Ultra Trail de Mont-Blanc. Él se convirtió en el primer sudamericano en lograr un podio en la historia de esta competencia.
El Ultra Trail de Mont-Blanc (UTMB) es una de las competencias más exigentes y prestigiosas en el ámbito del trail running, un referente dentro del mundo de las ultramaratones. Frecuentemente las audiencias reclaman buenas noticias y los deportistas ecuatorianos se están esmerando por dar alegría al país. Hoy fue un sufrido y celebrado tercer lugar.
El esfuerzo no va solo. Entrenar cuesta tiempo, dedicación, perseverancia, esmero y debe reconocerse, más allá del aplauso, con posibilidades de contar con entrenadores de alto nivel, sitios especializados y aptos para que los deportistas que ya están en grandes ligas y los que buscan llegar a competencias internacionales tengan más facilidades.
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El miércoles pasado en el foro Mujeres que rompen paradigmas, que organizó este Diario, Lisseth Ayoví confesó que le costó 16 años llegar a sus primeras olimpiadas y que obtener un cuarto lugar la llenó de alegría, porque de acuerdo con las previsiones no pasaba de un séptimo en halterofilia, pero rompió sus propias marcas y hoy sueña con volver a unos juegos olímpicos y llegar más lejos.
Los Gobiernos tienen la obligación de comprometerse con el deporte.
El seguimiento de los deportistas y su bienestar contribuye a mejores resultados. Los recientes juegos olímpicos París 2024 demostraron que Ecuador es un país con potencial y hay que seguir trabajando por grandes resultados.
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No se trata de regalar nada, lo que se demanda en acompañar, respaldar y promover el deporte de alto rendimiento para que continúe el crecimiento en las distintas disciplinas.
El deporte posiciona al Ecuador, trae alegrías que se agradece a los atletas, quienes se convierten en referentes de niños y jóvenes. Ese es otro compromiso por el que se tiene que velar. (O)
