Que academia, el sector económico, los jóvenes y todos los actores de la sociedad se involucren y hagan planteamientos para el desarrollo de Guayaquil es un aliciente que obliga a las autoridades a tener oídos abiertos.
La ciudad cumple este 25 de julio 489 años de su proceso fundacional. Una fecha propicia para revisar más que problemas soluciones. Este Diario buscó la participación de jóvenes centennials, que son los nacidos entre 1997 y 2012, para escuchar cuál es el Guayaquil que anhelan. Las coincidencias fueron: una urbe más verde, reactivación económica apuntalada en la seguridad para retornar los espacios de diversión y un sistema de transporte más fluido, cómodo y accesible.
La Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) y la Cámara de la Construcción ofrecieron esta semana una conferencia con Alejandro Echeverri, quien fue director de la la Empresa de Desarrollo Urbano de Medellín, y dirigió varios proyectos urbanos de la ciudad colombiana que llegó a estar considerada entre las más inseguras de la región. Él es optimista que el ‘Milagro Medellín’ se pueda replicar en Guayaquil.
Publicidad
Llegó como parte de las acciones para la ejecución del proyecto Distrito 100 con el que la Espol busca dinamizar el campus Las Peñas, creando un corredor de innovación con instituciones cercanas, e involucrando a la comunidad de los cerros.
Reactivar el casco central y apuntar el urbanismo social son parte de los planteamientos.
Si bien el cabildo ha anunciado proyectos y obras relacionadas con lo anotado por los jóvenes y la academia, se vuelve de inmenso valor integrar las demandas de los guayaquileños a planes presentes y futuros. Guayaquil no necesita una refundación sino de la unidad de sus habitantes para retomar su rumbo de progreso. Las autoridades no pueden seguir embarcadas en confrontaciones inertes, no hay derecho ni perdón cuando la ciudad los necesita sintonizados en un solo canal y rumbo: el desarrollo. (O)
