Esta semana el Consejo Nacional Electoral (CNE) cerró la revisión de recursos administrativos sobre los resultados numéricos de las elecciones del 5 de febrero y empezó a entregar credenciales a las autoridades electas. Arrancó con Carchi.

Quienes fueron electos y quienes no contaron con voto mayoritario deben considerar que pueden hacer algo por sus jurisdicciones: la contaminación visual por propaganda que no ha sido retirada en varios cantones del país.

Es trabajo de los municipios hacer acatar las ordenanzas y disposiciones legales para que las ciudades queden libres de propaganda política electoral.

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Al pasar por algunos sectores de provincias como Esmeraldas, Pichincha, Manabí, Los Ríos o Guayas, se pueden ver aún carteles y paredes pintadas pese a que ya ha pasado más de un mes del reciente proceso electoral, tiempo mayor al usualmente dispuesto –depende de la ordenanza de la localidad, en Guayaquil eran 30 días– para que los partidos que los pusieron los saquen o de lo contrario enfrenten sanciones económicas, así como para los candidatos y hasta los dueños de los predios en que se colocan. Además del cobro de los gastos por remoción, si lo hacen los municipios.

Dos entidades se encargan del control de la propaganda electoral en las vías públicas

En tanto, en la red vial estatal (conformada por 10.290 kilómetros a nivel nacional) es el Ministerio de Transporte y Obras Públicas el que debe vigilar que se cumpla con la limpieza, con base en la Ley Orgánica del Sistema Nacional de Infraestructura Vial y Transporte Terrestre.

Hay iniciativas relevantes respecto al uso del material retirado. En Quito, por ejemplo, la organización Minka pidió a los candidatos y partidos que cuando finalice la campaña le donen las lonas utilizadas en la propaganda política para usarlas como insumos y transformarlas en casas para perros, especialmente de la calle. Aunque algunos postulantes prometieron hacerlo, fueron los integrantes del grupo los que terminaron buscando los anuncios para bajarlos y usarlos, más allá de ello es una propuesta digna de imitar a futuro. (O)