Dentro de cinco días, este 24 de mayo, se posesionará como vicepresidenta del Ecuador María José Pinto. La expectativa en torno al trabajo que desarrollará desde esa función crece por la relación distante que mantuvo el presidente Daniel Noboa con su anterior compañera de fórmula, pero en este periodo la promesa es distinta pues la segunda mandataria electa fue incluso colaboradora del gobierno 2023-2025.
Durante la última campaña se los vio en recorridos conjuntos y en una entrevista reciente con este Diario, María José Pinto habló de “una superrelación”, de diálogo constante y sincero, además de haber acordado ya las áreas de las que ella se encargará.
Después de un periodo tenso, dentro del Gobierno y fuera de él se debe valorar la posibilidad de laborar en un equipo cohesionado, de una dupla estratégica para sacar adelante un proyecto consensuado en beneficio de los ecuatorianos.
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La institucionalidad y la gobernabilidad se fortalecen desde sus bases, en este caso del Ejecutivo. Desde este 24 de mayo se observarán sin duda cambios en lo que corresponde al régimen en su conjunto.
“Quedamos con el presidente en algo muy puntual, que es trabajar en proyectos que existan dentro del Gobierno, pero que necesiten articulación, de empoderamiento, un espaldarazo político; proyectos espectaculares en áreas como desnutrición crónica infantil, primera infancia, embarazo adolescente, educación intercultural bilingüe y salud mental. Son proyectos específicos, pero hay que cambiarlos porque son la raíz de muchos problemas en el país”, dijo con entusiasmo en la entrevista con EL UNIVERSO. Que ese entusiasmo permita alcanzar todas las metas. Si al presidente y a la vicepresidenta les va bien en el desempeño de sus funciones, le irá bien a todo el Ecuador. No se trata de apoyos personales, sino a la institucionalidad, al desarrollo, a la unidad de la que también ha hablado Pinto.
Ahora todas las promesas tendrán que ejecutarse, de eso estará pendiente la sociedad ecuatoriana. (O)