El 24 de julio pasado, el presidente Guillermo Lasso firmó el decreto de estado de excepción por 60 días para los centros de privación de libertad. Esto permite la movilización y participación de las Fuerzas Armadas y la Policía, junto con inteligencia del Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI), para retomar el control de las cárceles.

En este tiempo se han hecho operativos exitosos de recuperación de armas, insólitamente se han encontrado licores, electrodomésticos, criaderos de gallos, patos, tilapias y hasta mascotas. No obstante, ayer, a doce días de que concluya el periodo de excepción, aterrizó un dron con un artefacto explosivo en el techo de la cárcel La Roca. Los controles fallaron.

GIR detonó dron que aterrizó en cárcel La Roca y parte de techado quedó afectado

Sí, los controles fallaron, es una realidad evidente. Desde el 2020 existe un reglamento de Operación de Aeronaves Pilotadas a Distancia (RPA) que establece los lugares donde no se pueden operar drones: cercanías de aeródromos, zonas de seguridad del Estado, helipuertos, zonas intangibles, zonas sensibles. Una cárcel se enmarca en esta última.

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El mismo reglamento, emitido por la Dirección General de Aviación Civil, anota que la distancia mínima para acercarse a los espacios aéreos controlados es de 9 kilómetros. La pregunta que salta entonces es: ¿cómo pudo llegar un dron al techo de una cárcel de máxima seguridad?

Presos de la Regional montan guardia en los techos de cada pabellón con celulares y radios de transmisión

El Ministerio del Interior ha deslindado responsabilidad explicando que el SNAI tiene inteligencia, que se los alertó y por ello enviaron al Grupo de Intervención y Rescate (GIR) de la Policía, unidad que neutralizó el dron para desconectar la fuente de energía del artefacto explosivo.

Preocupa enormemente que un artefacto de esta naturaleza haya llegado hasta el techo de La Roca, pues pese a las normativas claras de uso pudo atravesar las distancias y áreas no permitidas en plena excepción. Esta vez se localizó y hubo explosión controlada, pero es una alerta para que las autoridades detecten qué controles están fallando e imponer correctivos. (O)