La región francesa de Île-de-France, en la que se encuentra París, firmó este miércoles un acuerdo con la de Sarayaku, ubicada en el corazón de la selva amazónica ecuatoriana, que se basa en la compensación de las emisiones de carbono y busca paralizar la explotaciones petrolíferas en esta zona.

Se trata del primer proyecto de cooperación entre ambas regiones, basado en una política coordinada para luchar contra el cambio climático.

Compromisos

Publicidad

La región francesa se compromete a realizar un estudio para cuantificar la cantidad de oxígeno que Sarayaku proporciona al planeta y el carbono nocivo que recibe, en virtud de lo cual, tras la certificación internacional competente, se le dará la opción de entrar en el mercado de los "créditos carbono".

Este sistema es un mecanismo económico propuesto en el protocolo de Kioto que consiste en el intercambio de permisos de emisión entre países desarrollados y otros en vías de desarrollo para reducir las emisiones de gases contaminantes que contribuyen al calentamiento global.

El acuerdo alcanzado hoy en París se enmarca en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21), que se celebrará en la capital francesa entre los próximos 30 de noviembre y 11 de diciembre.

Publicidad

"Los territorios indígenas hemos estado siempre amenazados por los intereses económicos (...) y esta propuesta puede permitir evitar la extracción de petróleo en nuestros territorios", que agota sus recursos, declaró tras su rúbrica con los representantes franceses Félix Santi, gobernador de Sarayaku.

Beneficio para la humanidad

Publicidad

Santi recalcó que este proyecto, del que no se facilitó la fecha prevista de finalización, no favorece solamente a su pueblo sino que trasciende al resto de la humanidad, por el potencial efecto devastador para el planeta que supondría la desaparición de esa zona indígena.

Los activistas de Sarayaku pretenden concienciar al mundo sobre la importancia del mantenimiento de los recursos naturales y participarán en la COP21, unidos otros pueblos indígenas, con la intención de que se escuche su voz.

La encargada de Relaciones Internacionales de Sarayaku, Patricia Gualinga, explicó ante la prensa que su idea de biodiversidad "está conectada a la conservación, a la espiritualidad y al ser humano" y avanzó que desplazarán hasta la cumbre una canoa, que es símbolo de su pueblo y que "llevará la energía amazónica hasta el Sena". (I)