El portero Hernán Galíndez, oriundo de Rosario, Argentina, es ecuatoriano por nacionalización desde el 2019. Vino al país en el 2012 contratado por Universidad Católica. Entre el 2020 y este 2023, el guardameta acumula 18 presencias en la Selección divididas de esta manera: ocho por las eliminatorias (las del Mundial 2022 y la que está en marcha, rumbo al torneo del 2026), cuatro juegos amistosos, tres de la Copa América y tres en Qatar 2022.

Además, Galíndez tiene un récord: es el único arquero nacionalizado que ha jugado en una Copa del Mundo por Ecuador al atajar en los tres duelos de la fase de grupos de Qatar 2022 (recibió en total tres goles, uno en promedio por cada juego. Entregó la valla invicta en el compromiso inaugural de esa Copa del Mundo contra los anfitriones).

El hoy guardameta del Aucas conversó con el programa La nueva generación de la Tri 2, que se transmite este día, desde las 18:00, por YouTube y las redes sociales de Diario EL UNIVERSO.

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El himno en Qatar

Galíndez recordó cómo cantó emocionado el himno nacional en el partido de estreno del Mundial 2022. “Hay encuestas que hacen en las que a gente en la calle le preguntan cuál es la canción que más les gusta o cuál es la canción que más los representa. Muchas veces uno piensa en temas de reguetón, salsa, rock, pero uno no logra darse cuenta de lo importante que es el himno para un país. Entonces, cuando uno está cantando las estrofas del himno nacional es un momento muy emotivo. En esas encuestas siempre digo que el himno es la mejor canción. Para mí, el himno no se canta, se grita, porque uno tiene que estar orgullosos de poder cantarlo”, dijo Galíndez, de 36 años.

Sobre la andadura de la Tricolor en Qatar 2022 recordó que tras la victoria 2-0 frente a Qatar, el segundo partido fue contra Países Bajos, rival europeo ante el que Galíndez deseaba seguir con su puerta en blanco.

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Esto contó Galíndez: “No creo que mi trabajo esté bien hecho nunca, así ganemos 4-1 o 5-1. Para mí, el trabajo del arquero está bien hecho, sí o sí, si termina el arco en cero; si no, no está del todo bien hecho y me pasó eso ante Países Bajos. Recibí el primer gol en el Mundial y recuerdo que entré sumamente caliente al vestuario y había gente que intentaba calmarme. Me decían: ‘Tranquilo que cuando lo veas te darás cuenta de que no tenías nada que hacer, fue un golazo, directo al ángulo’. Pero bueno, luego se me pasó, pero es un decir porque no pude terminar el segundo partido del Mundial con el arco en cero, lo que era mi trabajo”.

Locro de papas

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Confiesa Galíndez que su deseo es jugar siempre. “Uno está esperando siempre la oportunidad de jugar. Cuando vas a jugar te miras al espejo y la cabeza te dice ‘en el banco no te ibas a equivocar, en el banco nadie se enojará contigo, en el banco nadie te va criticar’. Entonces sí, para qué. Hay que trabajar, hay que prepararse”.

Acerca de jugar en Universidad Católica y en Aucas, respecto de atajar en Ecuador, Galíndez comentó cuáles son las diferencias. “Es muy grande de atajar en la Selección que en cualquier equipo del mundo, porque estás defendiendo un país y eso es muchísima responsabilidad. Realmente hasta cuando uno va a cortar un centro entiende que a través de esa decisión hay muchísimos sueños, muchísimo esfuerzo para comprar una entrada, para pagar la suscripción a un canal de televisión para ver el partido. Entonces, si uno se equivoca está perjudicando a mucha gente”.

Galíndez reveló en La nueva generación de la Tri 2 cuál es su ‘enemigo’ más complicado en Ecuador. Dijo que cuando recién llegó a Quito tuvo problemas con la altura. Esto relató: “Al principio no quería hacer un ejercicio al 100 % por el miedo a lo que pasaría después del ahogo, pero después al poco tiempo ya era un quiteño más. Fue entonces cuando subí unos kilos porque conocí el locro de papas. Ese fue mi gran problema en Ecuador. No podía parar de comer locro de papas, comía locro de papa todos los días. Hoy soy fanático del cebiche, del encebollado, del encocado y del locro de papa ni hablar. He probado cosas que tal vez no habría conocido de no ser por el fútbol”. (D)