Ninguna autoridad ha informado, hasta el momento, si los miembros de la delegación del equipo brasileño Athletico Paranaense, que el martes pasado jugó en Quito, donde derrotó al Aucas (0-1) por la Copa Sudamericana, fueron sometidos a los protocolos sanitarios exigidos por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) a quienes arriban desde Brasil.

El capitán Juan Zapata, presidente del COE nacional, anunció el anterior 7 de abril que todo pasajero proveniente de Brasil deberá guardar, durante diez días en sitios autorizados por el Gobierno, un aislamiento preventivo obligatorio (APO) a su arribo a Ecuador, independientemente de la presentación de una prueba PCR negativa; esto para evitar la propagación del coronavirus (y de la variante brasileña ya detectada en el país). La medida de confinamiento para ese grupo de personas entró en vigor el 8 de abril pasado, a las 23:59.

Esas restricciones se ordenaron tras comprobarse los casos positivos de tres integrantes del Gremio de Porto Alegre, que vino a Quito para enfrentar a Independiente del Valle por la fase tres de la Copa Libertadores.

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Hace dos semanas Zapata explicó que, “por la sensibilidad de la variante brasilera”, el COE y el Ministerio de Salud resolvieron “no autorizar la realización del partido, porque se precautela la salud de los futbolistas y de la ciudadanía en general; también se reformó el protocolo de ingreso al país de personas que vienen desde Brasil, como origen o escala con temporalidad de diez días. Esto entrará en vigencia este 8 de abril”, apuntó Zapata. La Conmebol se vio forzada a reprogramar el encuentro en Asunción, donde se disputó.

Pero, una vez confirmado que también vendrán a Ecuador los conjuntos brasileños Bragantino (para medir a Emelec, por la Copa Sudamericana), Flamengo, Palmeiras y Santos (todos por la Libertadores para enfrentar a Liga de Quito, Independiente y Barcelona, en ese orden), EL UNIVERSO intentó conocer la versión oficial de Zapata acerca de estos arribos y los procedimientos sanitarios que se aplicarán a cada una de esas delegaciones.

Zapata: Hablar con Gestión de Riesgos

En contacto con el presidente del COE nacional, vía mensajes de WhatsApp, se le solicitó una entrevista el martes pasado, pero el funcionario refirió que no la podría ofrecer por la urgencia de atender asuntos laborales. “Estoy dedicado a terminar el informe, le pido por favor que me entienda. Necesito acabar esto y convocar a la plenaria. Es más, sin reunir al pleno del COE no me puedo adelantar a ninguna información. Pero dígame qué necesita, encantado de atenderlo”, dijo.

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Este Diario le pidió a Zapata que respondiera, de ser posible, preguntas a través de WhatsApp, y él contestó: “Las que pueda (responder), no me puedo adelantar, pues necesito resoluciones de plenaria”. Tras ser mandadas las consultas acerca de si los equipos brasileños que vengan a Ecuador a disputar partidos por torneos internacionales tendrían que someterse a la cuarentena obligatoria, el presidente del COE nacional inmediatamente contestó: “Ese tema de protocolos del fútbol, si es gentil, con Rommel Salazar (director general del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias). Él ha estado en las mesas siempre con la FEF (Federación Ecuatoriana de Fútbol) y Conmebol”.

Gestión de Riesgos: Hablar con Zapata

Ante esa petición de Juan Zapata se intentó obtener, entonces, la versión de Salazar sobre qué protocolos de bioseguridad siguió a su arribo la gente de Atlético Paranaense y si Barcelona cumpliría con la cuarentena a su retorno de Brasil, donde el martes visitó al Santos por la Libertadores. El departamento de prensa del Servicio de Gestión de Riesgos respondió que no estaban autorizados a responder las consultas y que para aclarar esas interrogantes “la única persona autorizada es Zapata”.

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El pasado 15 de abril, en la sesión del Comité de Operaciones de Emergencia nacional, Salazar aclaró que, respecto a las competencias internacionales de fútbol, se iba a hacer “un seguimiento” a los deportistas que lleguen de Brasil a Ecuador para que no cumplan el confinamiento de diez días, a lo que están obligados los demás viajeros internacionales provenientes de territorio brasileño. Tampoco se pudo verificar si esa resolución se cumplió con el Paranaense.

En su momento se aclaró que el Gobierno, a través del Ministerio de Salud, ha cumplido con un control efectivo y que por eso se detectaron los casos de COVID-19 en el equipo de Gremio, y se entendería que Paranense no tuvo problemas de jugadores positivos.

Reclamo del Colegio de Médicos

Respecto de la exoneración a los equipos de Brasil se pronunció el doctor Wilson Tenorio, presidente del Colegio de Médicos del Guayas, en una entrevista con EL UNIVERSO el 16 de abril. Esto dijo: “Aquí no hay ciudadanos de primera ni de segunda línea. Hay familiares de ciudadanos que vienen del exterior y rigurosamente tienen que hacer cuarentena y pasar por ese filtro. El pedido del Colegio de Médicos del Guayas es frontal, formal, y es también un clamor: ante el escenario epidemiológico que vivimos, que no es el del 2020, el actual es más letal, con variantes más fulminantes, es vital que las autoridades implementen medidas de contingencia y mitigación para paliar, enfrentar, detener y controlar los contagios” de coronavirus.

Tenorio remató: “Para la Organización Mundial de la Salud, los Gobiernos son responsables de las movilizaciones internas y externas en sus países. Entonces, le toca al Gobierno ecuatoriano y a las autoridades competentes asumir todas las responsabilidades que puedan devenir por no observar las normas y protocolos establecidos. Ya se permitió que el 16 de marzo anterior se juegue en Quito Ayacucho-Gremio y eso nos está pasando factura. Esa fue una situación antitécnica, antisanitaria e inconsulta de la que nadie se ha responsabilizado. En otras latitudes cierran aeropuertos para impedir el ingreso de personas provenientes de países donde las tasas de contagios y letalidad por COVID-19 son altas, pero acá no nos blindamos ante el hecho de visitas de brasileños”.

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A nivel general, Brasil —que supera los 212 millones de habitantes— es el segundo país con más decesos (más de 37.000) por COVID-19, detrás de Estados Unidos. El número de muertos y contagios sigue en alza en los últimos meses, incluso alcanzando récords. (D)