La reina Letizia de España se presentó a mediados de 2014 ante el papa Francisco. Lo hizo con un vestido y chaqueta blancos, uno de los colores preferidos por la esposa de Felipe VI, según detalló entonces la prensa especializada. Para los más entendidos llamó la atención el que no llevara mantilla puesta; otros, en cambio criticaron el color blanco de su ropa.

Pero el color usado por la exreportera responde a que posee el llamado Privilegio del blanco (Privilège du blanc) del que también gozan las reinas católicas Matilde y Paola de Bélgica, María Teresa de Luxemburgo, Sofía de España y la princesa Charlene de Mónaco. De allí ninguna otra mujer puede presentarse en audiencia frente al papa de blanco, aunque en varias ocasiones algunas se han saltado esta etiqueta, como el caso de Cherie Blair, la esposa del ex primer ministro del Reino Unido Tony Blair; y Camilla Parker Bowles, esposa de Carlos de Gales, quien alguna vez llevó un vestido beige.

Todo esto se basa en el código de vestimenta o dress-code que rige para cuando se visita el sumo pontífice. Más que a los hombres -para quienes será suficiente lucir un traje oscuro (negro, azul marino o gris oxford) y una corbata sobria-, son las figuras femeninas las más observadas y criticadas por la opinión pública.

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Para ellas el protocolo recomienda siempre el negro, evitar el rojo que representa a los cardenales, el color violeta o púrpura que visten los obispos y el blanco del papa. También se sugiere falda por debajo de la rodilla, mangas largas; además, evitar escotes acentuados, maquillajes recargados o joyas ostentosas. Por último, portar una mantilla negra especialmente en las ceremonias, en audiencias privadas el uso de este elemento es opcional.

De esta manera -con alguna que otra variante-, se han presentado ante los papas en el cargo en distintas épocas: la reina Isabel II de Inglaterra, la expresidenta brasileña Dilma Roussef, la expresidenta y actual vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, la cantante estadounidense Katy Perry, la ex primera dama argentina Juliana Awada, la ex primera dama mexicana Angélica Rivera, la exprimera dama estadounidense Michelle Obama, la primera dama estadounidense Melania Trump, la canciller alemana Ángela Merkel, la princesa Diana de Gales, la actriz estadounidense Angelina Jolie, entre otras más.

La vicepresidenta de Ecuador, María Alejandra Muñoz, también siguió al pie de la letra el dress-code en su reciente visita al papa Francisco, como parte de una gira por Europa para abordar temas relacionados con la niñez y la adolescencia.

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La primera dama ecuatoriana Rocío González y la excanciller María Fernanda Espinosa igualmente lucieron trajes negros y mantilla durante una visita al papa Francisco, en diciembre de 2017.

Dos años antes, en mayo del 2015, el entonces primer mandatario Rafael Correa se presentó ante el pontífice, acompañado -entre otros funcionarios- por Marcela Aguiñaga, entonces segunda vicepresidenta de la Asamblea Nacional; y de Lorena Tapia, por aquella época ministra de Ambiente. Estas dos funcionarias también lucieron trajes negros, aunque sin mantillas. (I)