Los gentilicios se forman con el topónimo (nombre del lugar) + sufijo (terminación). En esta construcción, a veces, participan cuestiones históricas, geográficas y culturales. Esto determina que dos puntos geográficos que comparten el mismo nombre, como Cuenca, tengan gentilicios diferentes: conquense (de Cuenca de España) y cuencano (de Cuenca de Ecuador).