Leonardo da Vinci es renombrado hasta este día por sus innovaciones en campos de las artes y las ciencias, pasando por sus famosos apuntes de cocina, que empezaban por una limpieza estricta del espacio de trabajo.

Ahora, nuevos análisis publicados en la revista de la Sociedad Americana de Química muestran que su gusto por la experimentación se extendía a las capas de base debajo de sus pinturas. Sorprendentemente, muestras de la Mona Lisa y La última cena sugieren que experimentó con óxido de plomo, causando que debajo de sus obras de arte se creara un raro compuesto llamado plumbonacrita, de alto contenido en plomo y con un aspecto parecido al de las perlas.

Las pinturas y pigmentos en el estudio de Da Vinci siempre han sido motivo de investigación científica. La Mona Lisa, como muchas otras pinturas de principios del siglo XVI, fue trabajada sobre paneles de madera que se prepararon con una gruesa capa de pintura base que tuvo que fijarse antes de empezar con los pigmentos.

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Todos los dedos de la Mona Lisa o tocan la silla o la señalan. Foto: GETTY IMAGES

Pero mientras otros artistas usaban gesso (mezcla de aglutinante con tiza, yeso o pigmento), Leonardo experimentó poniendo gruesas capas de blanco de plomo, un pigmento mineral sintético usado desde la antigüedad. Además, mezclaba sus óleos con óxido de plomo, un pigmento naranja que le confería propiedades de secado muy específicas a la última capa de pintura.

Utilizó una técnica similar en la pared debajo de La última cena, a diferencia del fresco tradicional que se usaba en ese tiempo.

Para investigar mejor, Víctor González, líder del equipo de investigación, quiso aplicar técnicas de alta resolución a pequeñas muestras de las dos pinturas. El equipo hizo sus análisis en una micromuestra previamente obtenida de una esquina de la Mona Lisa, así como 17 micromuestras de la superficie de La última cena.

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Con técnicas de rayos X e infrarrojos determinaron que las capas base no solo tenían óleo y blanco de plomo, sino un compuesto mucho más raro, la plumbonacrita (Pb5(CO3)O(OH)2). Este material no ha sido detectado antes en pinturas del Renacimiento italiano, aunque sí está en obras posteriores de Rembrandt, en el siglo XVII.

La plumbonacrita solo es estable bajo condiciones alcalinas, sugiriendo que se formó de una reacción entre el óleo y el óxido de plomo. Granos intactos de este último material estaban en la mayoría de las muestras de La última cena.

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Se conoce que los pintores añadían óxidos de plomo a los pigmentos para ayudarlos a secar, pero la técnica no se había visto en cuadros del tiempo de Da Vinci. De hecho, de este potente tóxico solo había evidencias en escritos sobre remedios para la piel y el cabello. A Leonardo le sirvieron para crear las obras de arte que conocemos hoy. (I)