Nació hace pocos años en Urdesa, como una pizzería. Su vertiginoso éxito la llevó a Hollywood: Samborondón, donde todo restaurante quiere estar, donde todos piensan que les irá mejor. El sueño guayaco.

He ido varias veces a su nuevo local. Y, puesto que considero que no solo es la mejor pizza de Guayaquil, sino que es una gran pizza en cualquier lugar del mundo debido a la coherencia de su construcción; otro tanto, a lo excelente de su masa; y, por último, a la calidad de sus ingredientes, los tres componentes que, a mi juicio, hacen una pizza, no pude menos que probar su menú con entusiasmo, ya que hace pocos meses comenzó a incursionar en una carta de platos italianos.

En términos generales, la carta de Pizza Libre es buena. Platos interesantes y poco comunes, como lo son sus pizzas.

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Probamos el risotto milanés. Un osobuco de cocción perfecta, textura al punto y sabor profundo. El mejor plato que probamos de toda la carta. La carne, en efecto, había pasado por una cocción muy lenta, de excelente calidad, cocinada en su salsa con médula que le aportaba sabor. El kale tostado es un acierto, ayudando a un cambio de sabor vegetal y mineral.

El plato del que más me habían hablado fue el que menos me impresionó: el ravioli espirale. Una pasta tipo ravioli, larga, enrollada en su propio eje, rellena de carne cocida también lentamente.

El siguiente plato fue un pistacchio e peppe. Una variación del clásico cacio e peppe, con polvo de pistacho. Cacio e peppe significa ‘queso y pimienta’. Es una preparación tradicional italiana, por lo general, con spaghetti, como la comimos en Pizza Libre.

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Los dos platos mencionados estuvieron bien. Su costo con relación a su calidad es bueno; y su preparación y combinación de ingredientes, la correcta, a excepción de un punto, a mi juicio, por corregir: el exceso en el uso de crema de leche en las dos preparaciones, que escondía muchos de sus ingredientes y, a la vez, les daba mucho peso innecesario a los platos. Cuando hay una buena cocina atrás, con ingredientes de la calidad que este restaurante utiliza, la crema de leche debe usarse en su justa y mínima medida, so pena de esconder sabores delicados, como los del queso y el pistacho.

Uno de nuestros comensales escogió un sándwich de mortadela, hecho con pan de pizza, con una combinación arriesgada: cebolla colorada encurtida con mortadela y un toque de mayonesa casera y pepinillos. En Samborondón, un restaurante se arriesga al esnobismo del rechazo a la cebolla, más si es encurtida. En este caso, finamente, con un buen vinagre, el sándwich encantó. La mortadela, identificada por lo general en nuestra ciudad como un producto de baja calidad, era de muy buen nivel, y el plato, bien construido y generoso.

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Pizza Libre ofrece ahora un nuevo menú. Muchos de estos platos son interesantes, y otros pueden mejorar para convertirse en excelentes, fácilmente.

Más allá de la nueva carta, a mí me sigue pareciendo la mejor pizzería del Ecuador. (O)