Portugal (EFE).- “El sabor siempre está en el tiempo”, asegura Elisabete Ferreira, tercera generación de una panadería artesanal de Bragança (Portugal) y que participa en el Laboratorio Hispanoluso Transcolab, financiado con fondos europeos, para unir ciencia y empresa en torno a los cereales, las harinas y la elaboración de pan.