Su aventura empezó hace cuatro meses y medio. Fue una de las primeras eliminadas. Retornó a Ecuador y las votaciones del público, aquellos televidentes que han simpatizado con ella y se han identificado, fueron los responsables de llevarla de regreso a Estambul para que continúe en el reality turco El poder del amor. Desde entonces, Andreína Bravo fue la participante favorita del programa, se mantuvo como líder de la casa de las mujeres y fue justamente esa posición lo que permitió que sus compañeras no fueran eliminadas en las galas de cada domingo. Su proceso de transformación ha sido notorio. La guayaquileña es una mujer muy distinta a la que ingresó en la producción que transmite Ecuavisa, en reprise desde esta semana. Regresó días atrás como ganadora de un reality internacional que se transmitió para 11 países, hizo amigos y como ella dice, consiguió el amor en el artista panameño Miguel Melfi.