Nunca lo conoció ni tuvo la oportunidad de escucharlo en vivo, pero la conexión y lazo único que tiene Roberth Ordóñez Jadán con el español Camilo Sesto, va más allá del canto. Crecer junto a su música, iniciar a temprana edad dentro del mundo artístico al cantar en fiestas y reuniones familiares, una similar apariencia, el dominio escénico completo, e incluso los ademanes del astro de los setenta, son las características que lo convierten a Ordóñez en su mejor y más cercano imitador.