El saxofonista originario de Seattle y radicado en Nueva York Santosh Sharma, junto con el trío musical conformado por el pianista Joan Sánchez, el contrabajista Giovanni Bermúdez y el baterista Carlos Bravo, presentan en Guayaquil la tercera de las New York Jazz Sessions este viernes, 27 de octubre.

Crítica: Jazz del primer mundo con Joan Sánchez

Sánchez, organizador de las sesiones, ya había conseguido traer el jazz neoyorquino a nuestra ciudad en marzo de este año, con el saxofonista Rico Jones, y en abril, con el guitarrista James Zito.

En conversación con este Diario, Sánchez y Sharma cuentan que se conocieron como estudiantes en la Gran Manzana, un lugar en el que —dicen— la escena del jazz suena como en ningún otro sitio.

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“Hay algo especial en Nueva York, especialmente en cuanto a la energía que tiene, cómo vibra esa ciudad. La gente allí no se contiene”, explica Sharma, quien hace pocas semanas estuvo en París y pudo notar la diferencia. “Aunque esta es chévere, tiene un poco menos de esa fuerza que se siente en Nueva York”. Describe la profunda ambición que tienen los que llegan en pos del arte a la ciudad de los rascacielos, por la cual llegan miles de músicos cada año, deseosos de tocar, de distinguirse, de conseguir un estilo único y personal.

El saxofonista de Seattle Santosh Sharma, solista invitado al New York Jazz Sessions en Guayaquil. Foto: Cortesía

El lugar ideal para un músico joven que busca esto es Manhattan, aseguran los dos amigos. “Son chicos de 18 años que llegan a las universidades a estudiar y con ganas de pegar duro en la escena, empujándose unos a otros a ser mejores”, así resume su experiencia el saxofonista. “Musicalmente es muy fuerte. El jazz es increíble”.

Sánchez lo confirma: “Entendí, en algún momento de mi desarrollo musical y personal, que allí está el nivel de competencia más alto, en performance y por la historia del jazz”. Si bien el género tiene la fama de haber nacido en Nueva Orleans, el ecuatoriano piensa que este alcanzó su evolución en Chicago y Nueva York, donde nunca ha parado de desarrollarse. “Eso atrae a muchísimos artistas”. El resultado es un sonido libre, un estado de improvisación que no se encuentra en Europa (“donde el nivel es increíble”).

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El pianista Joan Sánchez, organizador del New York Jazz Sessions en Guayaquil. Foto: PABLO FARRA

¿Tocar en un bar en Manhattan? “Para mí, algo intimidante”, confiesa Sánchez. “Cuando tuve la oportunidad de subirme al escenario, encontré dos emociones, euforia y temor, porque no sabes quién te está escuchando. Tocas para músicos increíbles; tienes que hacerlo”. Recuerda que se presentó ante leyendas como Ron Carter y Buster Williams.

Sharma, por su parte, experimenta el desafío. Allí, afirma, puede tocar más difícil, más rápido. “El cielo es el límite; puedes sacarlo todo”. Y añade que, en su opinión, un músico joven puesto en ese ambiente alcanza un nivel muy alto en pocos años. Esa ha sido su búsqueda. Desde los 3 años, este estadounidense de padre nepalí fue introducido a la música con el instrumento de percusión de origen indio llamado tabla. De allí pasó al piano, pero no se sintió apasionado hasta que, a los 9 años, tuvo un saxofón. Fue un amor inmediato, estimulado por la música que se escuchaba en su casa: John Coltrane, Charlie Parker, Joe Lovano, Ravi Coltrane... Poco después decidió que, ya que iba a dedicarse a la música, tenía que irse a Nueva York.

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El baterista Carlos Bravo también estará en el New York Jazz Sessions en Guayaquil. Foto: PABLO FARRA

Todo eso lo traen a Guayaquil, con otra variedad de ambición. “En Ecuador no hay una cultura de jazz tan fuerte, y está bien. Sin embargo, uno de mis deseos es traer músicos del nivel de Santosh y de los que han venido anteriormente para exponer a nuestra comunidad al jazz de Nueva York”, dice Sánchez. “Manejo con mucho criterio estas sesiones, porque, aunque estamos practicando y tocando cosas modernas, todos nosotros hemos estudiado sí o sí la tradición”. Si bien el sonido es muy vanguardista, tiene toda la influencia de los creadores del jazz.

Y hablando de ellos, Sharma interviene para recordarnos que cuando Charlie Parker y compañía estaban grabando, eran artistas veinteañeros. “Y esa sensación de juventud permanece en la música, y eso es lo chévere de este género —agrega Sánchez—: lo improvisado, una expresión maravillosa de la libertad del alma”.

El contrabajista Giovanni Bermúdez, parte del grupo del New York Jazz Sessions en Guayaquil. Foto: PABLO FARRA

Además de clásicos con sonido actualizado, el público escuchará temas originales de Santosh Sharma el próximo 27 de octubre, a las 20:30, en Zona Escena, espacio ubicado en las calles Panamá e Imbabura, en una casa tradicional esquinera, frente al Museo Nacional del Cacao (abre a las 19:30). Costo de la entrada: $ 25. El grupo aprovechará la estadía para conocer Ecuador y llevar su música, junto con sus amigos, a otras ciudades. (E)