Se persigna y reclina la cabeza mientras ora al pie de la principal puerta metálica del santuario del Cristo del Consuelo. Pocos segundos después con la mano derecha se persigna para despedirse y continuar el retorno hacia su hogar.

Eloy Maldonado, de 59 años, cada mañana al iniciar su jornada y al finalizarla pasa haciendo ese agradecimiento al Cristo del Consuelo. Se le ponen los ojos lagrimosos cuando recuerda los favores que le ha concedido, sobre todo, el seguir con vida tras los momentos más álgidos de la pandemia de COVID-19. Hace dos semanas, un pie comenzó a presentar una herida que la atribuye a la diabetes que lo aqueja y comenzó a pedirle para que no se agravara la situación.

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“Por la vida, por el despertar, porque todos nosotros a él le pertenecemos, sin él nosotros no somos nadie, la vida le pertenece a Dios, por todo hay que darle gracias a Dios, él nos da fuerzas para salir siempre adelante. Es un gozo lo que uno siente porque son muchos años que se ha dado la procesión”, dijo el hombre sobre su expectativa de la reanudación de la devoción en la procesión del Cristo.

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Él recordó que la pandemia frenó la tradición religiosa y también afectó a nivel económico, sanitario y dejó la pérdida de familiares. “Yo perdí dos tíos, un mes a uno y el otro al otro mes, en marzo y abril de 2020″, agregó el fiel católico, que cada domingo asiste al santuario y tendrá este viernes su séptima participación en la masiva romería.

Asistencia de fieles antes de la romería del Cristo del Consuelo. Ciudadanos tienen expectativas por evento.

Varios fieles, entre ellos Maldonado y grupos familiares, acudían la tarde del jueves pasado, a pocos días de una nueva procesión del Cristo del Consuelo, la número 62 que se cumplirá este 15 de abril, Viernes Santo.

En medio de la exposición del Santísimo y antes de la misa, otro fiel católico, Johnny Barcia, de 52 años, contó que desde pequeño tiene la costumbre de asistir al templo. En su infancia lo hacía con su abuela Clara de Mejía y en ese entonces le pedía al Cristo del Consuelo salir bien de sus exámenes. Le ayudaba en sus temas académicos, dijo.

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Ya de adulto, Barcia hace varios años se acercó a orar para pedir por la salud de su entonces esposa que le apareció un tumor maligno en la cabeza. Ella salió de su operación y hasta ahora sigue con buen estado de salud, resaltó el hombre.

Aunque perdió a sus abuelos y dos tíos en la crisis sanitaria, él considera que vivir una nueva procesión se convierte en una oportunidad para agradecer por seguir con vida y mirar con esperanza el futuro, además de dar las gracias a las oportunidades laborales que le han llegado recientemente en su oficio de electricista y mantenimiento de aires acondicionados. “Que nos dé bienestar y salud”, auguró el vecino, morador de las calles 4 de Noviembre y Antepara, que espera participar del recorrido del Cristo.

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En este momento nos llenamos de regocijo y alegría por estar más cerca del Señor, sentimos una paz interna... En cierta forma uno se llena de pena y alegría porque tenemos que aceptar las cosas de Dios, pero también feliz de compartir estos momentos con Dios

Johnny Barcia, católico devoto al Cristo del Consuelo

Mientras salía del templo, Francia García, de 65 años, tomó un envase de alcohol y contó que aún mantiene precauciones por la circulación del virus y sus variantes. Ella se siente agradecida de poder asistir al templo y mantenerse con vida luego de contraer aparentemente ómicron, en enero pasado, y tener depresión, al igual que su hijo Jimmy Castro, quien presentaba malestares en las vías respiratorias y estaba encerrado al inicio de la pandemia.

“Siempre le vengo a agradecer por mi hijo. Tuvimos que aislarnos, como que se le salían los pulmones de toser fuerte. Le dábamos aguas calientes, como jengibre, limón, ajo, porque no podíamos ir a los hospitales; él me decía: ‘Mamá, si me pasa algo, sáqueme a la calle’”, comentó la fiel católica.

Luego de dos años de pandemia una de las procesiones con más concurrencia del país se reanuda en el suroeste de Guayaquil. Foto: Archivo

Entre las personas que colaboran en el templo, como las que distribuyen botellones de agua bendecida, cuidadores de carros, vendedores de artículos alusivos al Cristo y grupos parroquiales, también hay expectativa por la respuesta de los fieles que han empezado a retomar sus visitas a orar, levantar sus oraciones, exaltarse en agradecimientos y suplicar por milagros.

Luis Negrete, de 52 años, se encarga nuevamente los lunes y jueves de la venta de pomas y botellas de agua bendecida y también coloca alcohol desinfectante y toma la temperatura a los fieles que acuden al templo religioso. Él contó que desde su niñez sigue al Cristo del Consuelo. Allí fue su bautizo y primera comunión.

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“Me está sanando de los mareos y desmayos que me saben dar, me puede dar una convulsión y puedo caer”, comentó el devoto al aseverar que no puede asistir a la próxima procesión por el peligro que puede generar en su salud un episodio de esa clase.

La romería del Cristo del Consuelo partirá a las 07:00 del viernes 15 desde el santuario, ubicado en Lizardo García y la A, hasta el monumento de la advocación, en el Cisne 2. Este año, por primera vez, llevará una bandera tricolor en los tableros donde reposará la imagen mientras es cargada en la procesión. El símbolo patrio fue confeccionado por las hermanas Doroteas. (I)