La romería del Cristo del Consuelo tiene diversas agrupaciones y religiosos que colaboran en distintas áreas para mantener esta tradicional peregrinación, que data de 1960 y este año cumple la edición número 63.

Para este viernes, 7 de abril, se espera que se inicie la procesión a las 07:00.

Una de esas personalidades detrás de la organización de la caminata es el vicario parroquial del Cristo del Consuelo, Benigno Alfonso Reyes González, quien se encarga de dar mantenimiento a la imagen que es llevada por la multitud el Viernes Santo, regularmente adornada con arreglos florales.

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El padre, originario de Colombia, que se maneja de manera autónoma a pesar de su avanzada edad, se encarga de esta tarea desde hace diez años, cuando llegó de su país.

Cada año, esta estructura de cedro de 1,80 metros de altura se debe someter a retoques en las semanas previas a la romería, que recorre 27 cuadras en el suroeste de la urbe.

Ese día de Viernes Santo, la pesada estructura es colocada en una carroza para su traslado durante el recorrido de 27 cuadras, desde el santuario, ubicado en Lizardo García y la A, hacia el monumento de la advocación, en el Cisne 2.

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El padre, de 91 años, contó que esta tarea la cumple en paralelo al sacerdocio, ya que desde pequeño fue cultivando el arte de la pintura. Así, hasta ahora da el retoque de las figuras y cuadros que reposan en el templo.

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Benigno Reyes, vicario del Cristo del Consuelo, se encarga de dar mantenimiento a imagen. Foto: El Universo

El padre, que tiene formación en pintura, tuvo sus inicios en este arte desde su infancia, cuando su madre les puso un maestro francés que iba a su domicilio, y luego siguió su formación superior en Manizales, según relata él mismo.

Regularmente, él se toma una semana para realizar el lavado de la estructura con jabón de tocador; y, en caso de la necesidad de pintado, puede extenderse por dos o tres semanas con pintura al óleo.

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En ese tiempo de pintado hay varias fases, como el raspado para retirar la pintura vieja, la colocación de la nueva y el secado. Todo aquello es necesario realizarlo en una sala de la casa parroquial, sobre una mesa.

Este año únicamente se dio el pintado de pies, ya que es una de las zonas donde mayor contacto recibe por los fieles que llegan a elevar súplicas, orar por milagros o agradecer por favores recibidos. Además, se hizo un lavado completo de la estructura, que pese al paso de los años no ha tenido daños de consideración.

“Los detergentes fuertes pueden deteriorar la pintura. La mugre que le ha caído al estar arriba...; le cae polvo por el ambiente mismo. Hay que lavarlo bien. Luego, si merece pintar todo, se lo hace. Algún desperfecto se le arregla, sobre todo los pies, porque la gente tiene la manía de tocarlo”, explicó el padre colombiano sobre el cuidado que tiene con la imagen.

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El clérigo dijo sentirse gustoso de poder brindar este servicio en la iglesia, en paralelo a su labor de vocación como sacerdote. “Es un gusto para mí prestar ese servicio y ocuparme en lo que me gusta. En la vida de un sacerdote es una actividad secundaria, ya que la primera es la vocación”, refirió.

A una dolorosa, otra de las figuras de la iglesia, también le hizo unos arreglos para resaltar más sus rasgos femeninos y otorgar sombras en dedos y rostros. Además ha realizado pinturas para otras parroquias cercanas, como Nuestra Señora del Divino Amor y Juan XXIII.

“El arte es una especie de gran terapia, porque le gusta a uno y está uno muy satisfecho y el tiempo se le pasa volando, y sobre todo la satisfacción que siente el ser humano de crear algo. Por la misma salud de uno, se siente útil”, agregó el padre.

Él contó que desea realizar este año el recorrido junto con los miles de fieles que se congreguen el Viernes Santo, y previamente planea participar en la jornada de vigilia, en la que principalmente se dedicará a colaborar con las confesiones.

Dijo que le impresiona la cantidad de fieles que participan en la romería y que gusta principalmente de compartir con los fieles y escuchar los agradecimientos que se escuchan desde las viviendas. De algunos predios destacó la realización de arreglos por cada estación del viacrusis y la unión de todos para la realización del evento católico, que suele congregar a medio millón de personas.

“Es hermoso y, sobre todo, le felicitan los que están en balcones. La gente es muy entusiasta”, dijo al recorrer parte del templo en días pasados. (I)