Ahora, más que en ninguna otra época, la adolescencia se ha convertido en una etapa muy complicada desde el punto de vista emocional y psicológico. Las redes sociales y la capacidad de compararse a cada momento con otros, el culto a la apariencia física, los peligros de que cualquier error sea fotografiado o grabado y luego publicado ponen a nuestros adolescentes en una posición de fragilidad psíquica que les impide enfrentar con solvencia las situaciones adversas que deben atravesar.