Si en los años ochenta viajábamos por la Ruta del Spondylus (en esa época Ruta del Sol) las posibilidades de comer en un buen lugar se limitaban a algún kiosco playero junto al mar, que seguramente descubrimos en una temporada y desapareció en la siguiente, o viajar desde Salinas durante hora y media hasta la comuna Salango (Manabí) y almorzar en el Delfín Mágico.