Navegamos con mar cuatro. Las olas llegan a los dos metros y tenemos vientos de hasta sesenta nudos. El mar Mediterráneo, que hasta hoy había sido para mí uno de aguas calmas y serenas, se mece en tormenta. El barco en que navego se balancea de babor a estribor, a veces nos cae lluvia de lado, que empapa las cubiertas por las que nos aconsejan no andar. El capitán iza un par de velas estay para dar estabilidad al Sea Cloud.