Es difícil dejar de lado el duro momento por el que está pasando nuestro país. Sin embargo, aún en los terribles eventos del 9 de enero encontramos casos como el conductor del bus que llevó gratis a los pasajeros, el sonidista que silenció los micrófonos en el canal, o la persona que dirigió el tránsito por voluntad propia. Esto nos demostró que los héroes no son exclusivos de las películas de Marvel o DC Comics, y que tampoco necesitan portar una capa.

  • Héroe se puede considerar a la mamá que está al lado de sus hijos mientras estudian por videoconferencia, atendiendo las indicaciones de los docentes mientras cumple las actividades de su trabajo.
  • Héroe también se considera al profesor que volvió a la virtualidad, y tuvo que adaptar su metodología -y el espacio de su hogar- para transferir los conocimientos a sus alumnos.

Sonrisas que cambian nuestros días

  • Héroe es también el papá que buscó los medios para que cada uno de sus hijos puedan tener sus clases virtuales.
  • Héroe es el dueño del negocio que buscó alternativas para no tener que despedir a su personal por la escasa clientela.
  • Héroe es el empresario que, ante la incertidumbre, apostó por seguir produciendo, pues considera que es la forma de salir adelante.
  • Héroe es el militar o policía que todos los días salen a enfrentar un mal enquistado.
  • Héroe es la persona que ofreció una bebida refrescante a las fuerzas del orden que cumplían su misión.

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  • Héroe es el que se afirma y promueve la esperanza, aun cuando las variables del entorno se hayan complejizado.

En la historia de un héroe de cómic, este tiene un poder, descubre una misión y luego aparece un reto exigente hasta que finalmente logra triunfar. Eso también ocurre en la vida del común de las personas, por lo tanto, no son los poderes los que hacen al héroe, sino la actitud de actuar sobre aquello que le toca asumir.

Por esto, acojamos con valor y optimismo los retos de cada día, y no dejemos de asombrarnos de los héroes que llevamos dentro o que viven a nuestro alrededor, pues la historia de nuestro país -y sociedad- se escribe con los esfuerzos de personas reales que hacen de su vida una narrativa extraordinaria. Que Dios nos otorgue su sabiduría para sacar adelante nuestro país. (O)