Hay una nota de advertencia al comienzo del libro que sacude al lector. Entre los años 2005 y 2009 un grupo de mujeres que vivían en una remota comunidad menonita en Bolivia amanecían con dolores en el cuerpo, muchas veces con la ropa desgarrada, manchadas con sangre y semen. Por un buen tiempo los líderes de la comunidad (todos hombres) procuraban minimizar el asunto; atribuían este fenómeno ya sea a visitas del demonio por las noches con la intención de castigar a estas mujeres por sus pecados o, en su defecto, a la “fecunda imaginación” de las mujeres. Con el tiempo se descubre, sin embargo, que ocho hombres de la comunidad habían estado drogando y abusando de las mujeres por las noches.

De cómo se llegó a este punto trata la novela Ellas hablan de la escritora canadiense Miriam Toews (traducción de Julia Osuna Aguilar, Editorial Sexto Piso. Madrid 2020, 196 páginas). Resulta que los violadores habían sido parientes de las víctimas, padres, tíos, hermanos, etc., todos los cuales terminaron arrestados. Sin embargo, a los dos días de su arresto todos ellos lograron salir libres de prisión y se aprestan a regresar a la comunidad. Las mujeres que habían sido abusadas son presas del desconcierto. El obispo Peters les ha pedido que los perdonen nomás a sus violadores y olviden todo. ¿Deben hacerle caso? ¿O deben mejor marcharse de la comunidad al exterior, una comunidad que ha sido su hogar desde niñas?

Ocho de estas mujeres deciden contar la historia de lo que les sucedió. Deciden hablar. Y hablan y hablan. Y comparten su experiencia con otras mujeres de la comunidad y sobre todo con muchas niñas en el afán de que no les ocurra a ellas lo mismo. Siguiendo una costumbre ancestral a estas mujeres, como a las demás de la comunidad, nunca se les enseñó a escribir o leer. Por ello es por lo que deciden contar sus historias verbalmente. Es en el punto en el que una de ellas comienza a describir su historia, a expresar su ira, su angustia, su dolor, cuando la novela arranca. El registro de las conversaciones que mantienen las mujeres entre ellas lo hace August Epp, quien a pesar de ser hombre ellas confían mucho en él.

La autora plasma las narraciones de estas mujeres que decidieron hablar de una forma absorbente. Las experiencias son desgarradoras y las dudas que se expresan son profundas. La obra toca con profundidad y en partes hasta con un toque de humor muchas de las incertezas que expresaron esas mujeres en esa remota colonia, y que no son muy diferentes a las que muchas mujeres tienen hoy en día en nuestro medio. Miriam Toews es una reconocida escritora que ha recibido importantes reconocimientos.

El libro puede ordenarse a la casa editorial o a proveedores digitales. (O)