Napoleón Frazier, habitante de isla Isabela, en Galápagos, denunció a través de las redes sociales que crías de iguanas marinas son cazadas por gatos y perros domésticos y ferales en el archipiélago. Subió un video con una cría muerta de la icónica especie en sus manos hablando de la problemática.

“Encontramos a un gato y un perro salvajes (ferales) en Isabela, que es un problema muy grande, matando, de noche, a iguanas bebés”, comentó indignado. El hecho se habría dado en el sector de El Mirador, Puerto Villamil. El portal digital Bitácora Ambiental reportó el hecho.

Esta denuncia impulsó la recolección de firmas digitales que se realiza en la plataforma Change.org para pedir a las autoridades que protejan el área que presenta varios “peligros”. En el sector de El Mirador se encuentra un criadero de iguanas.

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“Veo que muchas personas vienen con sus perros sin cadena a pasear por la playa. Un gato mató a una iguana marina y es algo que nos enfurece, es algo que pasa siempre. Constantemente encuentro a iguanas muertas”, señaló Frazier.

Afirma que tanto mascotas como perros y gatos ferales (que descienden de animales domesticados, pero que se criaron sin contacto con el hombre) están causando un grave perjuicio a la población de este reptil en la isla.

Además, en la petición se indica que en el sitio el Municipio de Isabela inició la construcción de una nueva estructura de hormigón sobre las rocas que brindan refugio a las iguanas bebés, las pequeñas, las iguanas recién nacidas que no logran aún enfrentar el mar hasta que cumplen dos años. Hasta el momento el cabildo de Isabela no se ha pronunciado ante la denuncia.

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Las especies introducidas son una de las mayores amenazas para los ecosistemas de Galápagos y los perros y gatos continúan siendo parte de esta lista. Aunque en las islas, en teoría, ya no existen manadas ferales, los canes y felinos con dueño se han convertido en el centro de atención de las campañas y de constantes problemáticas.

Estos animales llegaron en el siglo XVII hasta las islas, en los barcos de piratas y balleneros que circulaban por la zona. Algunos de estos animales se quedaron en Isabela y Santa Cruz como perros ferales, hasta que en los años 80 fueron erradicados. Después, con el boom del turismo regresaron nuevamente a la zona, ya que llegaron junto con los nuevos habitantes, pero ahora como animales de compañía.

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De hecho, un estudio realizado en la isla Santa Cruz, en el 2014, calcula que hay un perro por cada seis habitantes en esa área. En el mismo estudio también se reveló que el 26 % de los dueños de perros respondieron que permiten salir a sus animales a las calles de Santa Cruz.

En Galápagos no está restringido tener mascotas, pero cada municipio tiene ordenanzas que establecen normas de tenencia responsable y son los encargados de supervisar que se respeten.

Por ejemplo, el Municipio de San Cristóbal informó hoy, 22 de mayo, que realizó operativos de control y captura de “perros callejeros” para “promover la restauración del orden y la limpieza de nuestro corredor turístico y demás barrios”. (I)