Los ecosistemas megadiversos de Ecuador continuaron sufriendo impactos graves durante el 2022 que terminó. La Amazonía siguió sucumbiendo ante los derrames petroleros, la expansión minera, la deforestación y el tráfico de especies. Aunque estos problemas se replicaron en otras localidades del país como El Oro, Esmeraldas, Imbabura y Guayas.