Un proyecto de preservación del rinoceronte en Sudáfrica ha implementado de forma pionera la incorporación de isótopos radiactivos en sus cuernos para salvarles de la caza furtiva.

El Proyecto Rhisotope, en el que participan las universidades de Texas A&M, Colorado State y Witwatersrand, implica la inserción de una fuente radiactiva en los cuernos de los rinocerontes para disuadir la caza furtiva. Dado que los cuernos radiactivos de rinoceronte serían menos atractivos para los consumidores, los hace menos tentadores para los cazadores furtivos, detalla Europa Press.

Además, los radioisótopos podrían detectarse en los puertos de entrada con la tecnología de detección de radiación existente, lo que facilitaría la búsqueda de los cuernos si se comercializan internacionalmente, según James Larkin, profesor de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo, Sudáfrica.

Publicidad

La idea se originó cuando Larkin colaboró con personas que buscaban formas de hacer que los cuernos de rinoceronte fueran menos atractivos para repeler a los cazadores furtivos. Como profesional de la radiación, Larkin pensó que los isótopos radiactivos podrían ser útiles.

“Fue uno de esos pensamientos de las tres de la mañana: ‘¿Qué pasa si pongo una pequeña cantidad en el cuerno?’”, dijo Larkin en un comunicado. “Me di cuenta de que probablemente podríamos encontrar ese punto óptimo donde la dosis fuera lo suficientemente pequeña como para no dañar al animal, pero lo suficientemente grande como para activar un detector”.

En 2020, Larkin conoció a Jessica Babich, antropóloga y consultora del sector, que podría presentar esta idea a la comunidad conservacionista. “Se trata de que la ciencia salve a los rinocerontes, los rinocerontes salven a las personas y las personas salven a los rinocerontes: una hermosa trilogía de posibilidades y éxito”, dijo Babich, quien se convirtió en el director de operaciones del Proyecto Rhisotope.

Publicidad

Tanto Hillis como Larkin investigaron qué nivel de material radiactivo sería seguro para un rinoceronte. Trabajaron de forma independiente utilizando diferentes enfoques para poder validar los resultados de cada uno.

Hillis creó un modelo computacional detallado de la cabeza de un rinoceronte y calculó las dosis potenciales. Actualmente está publicando los resultados del proyecto, que incluyen un total de 20 rinocerontes monitoreados para asegurarse de que los radioisótopos no sean dañinos. (I)