EL UNIVERSO marcó un antes y un después en la vida de Santiago Paliz y en la de su pequeña empresa Empack. Fue el 18 de agosto de 2019 cuando este Diario compartió, en su versión impresa y digital, la creación de Santiago: un sorbete biodegradable a base de bagazo de caña. Esta historia se acompañó con un video que se publicó en los perfiles de redes sociales de EL UNIVERSO.

El audiovisual logró más de un millón de reproducciones en Facebook, más de 80.000 interacciones, casi 58.000 reacciones, fue compartido en más de 23.000 ocasiones y 2,2 millones de personas fueron alcanzadas por la publicación. La nota fue una de las más leídas aquel año.

Este alcance, dice Santiago, permitió que su sorbete sea conocido no solo de forma nacional sino internacionalmente. Cuenta que a raíz de la nota, varias empresas lo llamaron, en especial de Estados Unidos, para adquirir su sorbete que se degrada en 25 meses al tener contacto con la basura.

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El reportaje trascendió fronteras y nos llamaron de prácticamente todos los continentes. Estados Unidos, Canadá, España, Bélgica, Noruega, de Australia nos contactaron para conocer el producto. Pasamos de ser unos totales desconocidos a tener países grandes que querían nuestro sorbete, esto nos dio un impulso grande, ya que estábamos cabizbajos porque el sorbete no gozaba de la apertura deseada en el mercado nacional”, asegura Santiago.

Indica que el apoyo de medios de comunicación como este Diario es fundamental para que las pymes ecuatorianas den a conocer sus productos o servicios: “Así como nosotros hay muchas personas con grandes ideas, pero son desconocidos y solo necesitan de ese impulso que en nuestro caso nos lo dio EL UNIVERSO”.

En diciembre de 2019 Empack exportó, por primera vez, medio millón de sorbetes a Chile y un cargamento a EE. UU. El logro también fue recogido en las páginas de este Diario.

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Para la elaboración de la pajilla, los residuos de la caña son presecados, combinados con enzimas y esta masa se lleva a una máquina que la calienta a una temperatura estable.

Como el producto es de origen vegetal si no se cocina a los grados exactos puede quemarse o quedar crudo. Luego pasa a un proceso de enfriamiento con agua. Al finalizar queda un sorbete liso por fuera que puede soportar temperaturas calientes o frías. Está diseñado para absorber líquidos pesados como el yogur. A diferencia de los de plástico, este sorbete se rompe fácilmente con las manos. En su parte interna se puede observar y sentir la textura de la fibra natural.

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El sorbete biodegradable de Empack se fabrica a base del bagazo de caña de azúcar. Foto: Carlos Barros

La calidad del producto de Santiago hizo que su empresa se levante luego del desplome de las ventas y el cierre de su fábrica, por tres meses, a principios de 2020 debido a los estragos de la pandemia.

Desde mayo del año pasado él junto con sus colaboradores han trabajado para conquistar el mercado estadounidense. Es tal la demanda del producto en aquel país que las pajillas ahora se distribuyen en los restaurantes y cafeterías de los parques de diversiones más famosos de esa nación. Esto le ha permitido crear más fuentes de empleo y ampliar su nómina.

EL UNIVERSO ayudó a que nuestra empresa se solidifique, consolidar nuestro producto y que podamos dar trabajo a más familias ecuatorianas”, indica Mariana Gallegos, esposa de Santiago.

De hecho, hace algo más de dos meses vinieron al país empresarios de Misuri, en Estados Unidos, que deseaban conocer el producto y se llevaron muestras. Ellos conocieron el sorbete a través del reportaje que se publicó en 2019.

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Ahora la meta de Empack es “conquistar” mercados como el europeo, que también tiene una gran demanda de sorbetes y otros artículos biodegradables: “Yo soy asiduo lector de EL UNIVERSO y veo cómo ahora están en los canales digitales y siguen apoyando, con sus reportajes, las ideas de los ecuatorianos. No es fácil llegar a los cien años y hacerlo es un logro para destacar”, dice Santiago.

El despegue de Empack ha permitido a Santiago Paliz contratar más personal. Foto: Carlos Barros

Hasta finales del 2021, Empack tiene planificado aumentar el 100 % de la producción para poder fabricar hasta 35 millones de sorbetes biodegradables mensuales, la mayoría iría a EE. UU. Además piensa producir un lote pequeño de cubiertos biodegradables. También ha iniciado pruebas para crear artículos con fibras de banano y darles “una marca país”, ya que Ecuador es conocido por esta fruta. (I)