Muchas mujeres no dan el pecho a sus bebés durante todo el tiempo que desearían, observa la Organización Mundial de la Salud, que desde el próximo 1 de agosto empieza su campaña mundial por la Semana de la Lactancia Materna, que se extiende hasta el 7 de ese mes.

En coordinación con la Alianza Mundial para la Acción de Lactancia Materna (WABA) y la OPS, declaran que, para que este método de alimentación infantil funcione, hay que reforzar la educación en salud, la ausencia materna remunerada, el apoyo de toda la familia y la protección contra la promoción de productos para lactantes.

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El enfoque está en la lactancia extendida, en que las madres deberían poder ofrecer a sus hijos dos años de lactancia o más, en caso de que la mujer y el niño lo deseen.

Una lactancia prolongada, amamantar durante dos o tres años o hasta cuando la madre lo desee, permite que los bebés logren un mejor desarrollo cerebral y un mejor vínculo afectivo. L Foto: El Universo

¿Parece mucho tiempo? La doctora Verónica Delgado Vega, pediatra neonatóloga del Hospital de Los Valles, en Quito, explica que en este concepto hay beneficios para la mamá y el bebé. Dar leche materna hasta los 2 años del niño ayuda a fortalecer su inmunidad. “Mientras más tiempo, mejor. Además, en caso de enfermar el pequeño, ayuda a que se mantenga hidratado y se recupere pronto”.

Carla Romero, periodista formada en consejería en lactancia materna en Guayaquil, explica que hay al menos dos etapas para la lactancia materna: la exclusiva y la complementaria. “Exclusiva (sin ningún otro alimento) hasta los 6 meses; complementaria hasta el año o dos de vida”. Y en esta segunda fase también hay distinciones. “Desde los 6 hasta 12 meses, es el alimento principal, lo primero que la mamá va a ofrecer antes de introducir los otros alimentos”.

Comenta, adicionalmente, que a muchas mamás se les informa que al cumplir un año el bebé hay que suprimir la lactancia e introducir de forma primordial los alimentos sólidos. “En realidad no es así, sino que el bebé puede ingerir primero leche materna y luego los alimentos sólidos”.

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Una lactancia prolongada, amamantar durante dos o tres años o hasta cuando la madre lo desee, permite que los bebés logren un mejor desarrollo cerebral y un mejor vínculo afectivo. “Crecen muy seguros, son muy estables emocionalmente”. ¿Se vuelven más dependientes, más engreídos? “Eso no es verdad”, dice Romero, y agrega que el habla del niño que lacta durante más tiempo se desarrolla mejor por la estimulación oral.

Argumentos frente al rechazo a la lactancia prolongada

Que una mujer decida extender la lactancia hasta que su niño pase de los 12 o 24 meses puede ser mal visto por su familia, su entorno y por desconocidos. Al año y medio o dos años, hay presión social de quienes opinan que el niño ya está grande o que a esa edad la leche materna no le aporta nada.

Foto: El Universo

“La leche materna no pierde sus propiedades con el paso del tiempo”, aclara Carla Romero. “Sigue siendo un alimento completo y nutritivo para un lactante mayor. A partir del año de lactancia, la cantidad de grasa en la leche aumenta con respecto a los primeros meses. Esa grasa va a aportar a que nuestro bebé tenga un aumento de peso progresivo y menor incidencia de infecciones”.

Que la lactancia solo sirve en los primeros seis meses de vida del niño es un mito, insiste Priscila Loor, licenciada en Enfermería y consultora internacional de lactancia materna. A partir de esa edad se puede empezar a probar otros alimentos y continuar amamantando uno o dos años más. “La leche materna sigue siendo nutritiva (...) y el único lácteo que el bebé necesita recibir”.

Loor señala que el aumento del nivel de grasa de la leche le da más calorías a un bebé con mayores exigencias físicas y cognitivas. “Le da un tercio de las proteínas que el niño de un año requiere, así como carbohidratos, grasas, minerales y vitaminas, y sigue siendo inmunológicamente adecuada”, sobre todo porque entre los 18 y 24 meses muchos infantes ingresan a la guardería o al maternal porque sus madres vuelven al trabajo a tiempo completo.

La recomendación de la OMS de continuar hasta los dos años es una manera de proteger a la población global de niños vulnerables, en regiones en las que no hay agua potable y los niños mueren por desnutrición o por enfermedades del tracto respiratorio.

Beneficios de la lactancia extendida para la mamá

La lactancia materna reduce el riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, según información de la OMS. Hay estudios que sostienen que la lactancia hasta los 2 años o más reduce el riesgo de padecer cáncer de mama y ovario, aporta la pediatra Delgado. “Además, la lactancia favorece la relación mamá-bebé, contribuyendo a que los niños sean más seguros y sanos”.

Foto: El Universo

Pero amamantar no es un método válido de planificación familiar, advierte Loor. “Muchas mujeres, amamantando, han ovulado pronto, y tienen embarazos tempranos. Infórmense sobre métodos de planificación familiar”.

El momento del destete: respetuoso y paulatino

No hay una edad específica, dice Romero. La madre decide cuándo dejar de amamantar en consenso con el bebé. “Ella puede sentir que quiere recuperarse físicamente, tener más tiempo a solas. El niño de 24-30 meses es más independiente”. Si siente que su bebé no está listo, Romero recomienda un destete parcial. “Si le incomodan las tomas de la mañana, puede suspender esas horas o las de la madrugada. Pero tiene que ser decisión de la madre, sin presiones”.

Delgado, por su parte, dice que es mejor reducir progresivamente el tiempo de lactancia hasta que sea solo por las noches, a la hora de dormir, hasta suprimirlo por completo.

¿Crea algún apego excesivo que el niño tome el pecho después del año? “No hay ningún tipo de evidencia de esto”, sostiene la médica. ¿Puede generar estrés y agotamiento en la mamá? Hay que analizar cada caso, la carga de trabajo y otras ocupaciones de la madre.

Guías de la OMS/OPS para promover la lactancia materna prolongada, después del primer año de niño. Foto: Cortesía

“La lactancia va a ser buena siempre que la mamá esté dispuesta y que el bebé quiera”, agrega Loor. “Algunos bebés se destetan solos a partir de los 9 meses, mientras que en ciertas culturas se da de lactar a niños de hasta 6 años”.

El destete debe ser respetuoso para ambos. “Si he dado de lactar año y medio y hoy digo: ‘Ya no más’, me puede dar una mastitis por la leche retenida. Y el bebé no va a entender por qué se terminó la leche de un día para otro”.

  • Introduzca un nuevo concepto: ahora no. Si hacían 8 tomas en 24 horas, quite la toma de la tarde, y distraiga a su hijo con un juego o un paseo.
  • Quédese con las horas más difíciles, cuando se van a la cama. Más adelante dirá: Ahora no, mamá va a dormir”.
  • Este destete paulatino tomará unos dos meses o más.
  • El sabor de la leche puede cambiar si la mamá vuelve a quedar embarazada, y entonces el bebé ya no querrá.
  • Algunos niños seguirán lactando incluso después de que su mamá dé a luz a un nuevo bebé. A esto se llama lactancia en tándem, y la regla aquí es privilegiar al recién nacido.
  • La lactancia en tándem ayudará a la aceptación del nuevo hermanito; el niño verá que pueden compartir a mamá.
  • Esta opción es para mamás que están en casa; combinarlo con el trabajo puede ser agotador o desnutrirlas si no tienen una alimentación saludable.
Foto: Cortesía

Una de las mejores ayudas para las madres es que sepan que el trabajo no tiene que impedir la lactancia, que pueden continuar al sacar la leche en el lactario de su lugar de trabajo.

La doctora Delgado asegura que a los dos años el niño ya hace varias comidas generales al día, y el mayor aporte nutricional proviene de esta alimentación. “Entonces, la lactancia puede reducirse a un horario cómodo y práctico según el trabajo de mamá”. (F)