El año 2024 tendrá 366 días y no los habituales 365. No significa que diciembre o enero tendrán 32 días, pues el ‘beneficiado’ será el mes más corto, febrero, que acogerá 29 días, en lo que se conoce como año bisiesto.

Un año bisiesto es un año que tiene un día adicional, conocido como día bisiesto, en comparación con los años normales. Este día extra se agrega al calendario para mantenerlo más sincronizado con el tiempo real y compensar la diferencia entre el año calendario (365 días) y el año solar (aproximadamente 365.2422 días).

Esta particularidad no significa malos augurios ni nada por el estilo. Simplemente es un asunto científico para ‘acomodar’ la rotación de la Tierra alrededor del Sol; lo que ocurre es que nuestro planeta en realidad no tiene exactamente 365 días sino 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45 segundos.

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En el calendario gregoriano, que es el calendario utilizado por la mayoría de los países hoy en día, un año bisiesto ocurre cada cuatro años. La regla es que un año es bisiesto si es divisible por 4. Sin embargo, hay una excepción a esta regla: los años divisibles por 100 no son bisiestos, a menos que también sean divisibles por 400. Esto significa que el año 2000 fue bisiesto, a pesar de ser divisible por 100, porque también es divisible por 400.

Febrero, el mes más corto del año, ¿cómo se determinó la duración de cada mes en el calendario?

Qué países aún utilizan el calendario juliano

Creación del sistema

El general romano Julio César implementó el primer día bisiesto en su calendario juliano, que introdujo en el año 45 a. C. Se agregó un día bisiesto cada cuatro años. En ese momento, el día bisiesto era el 24 de febrero y febrero era el último mes del año.

Sin embargo, agregar un día bisiesto cada cuatro años era demasiado frecuente y, finalmente, en 1582, el papa Gregorio XIII presentó el calendario gregoriano. Este calendario -que todavía usamos hoy- tiene una fórmula más precisa para el cálculo de los años bisiestos, también conocidos como année bissextile.

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Se optó por introducir una reforma donde se ajustaban los años bisiestos de forma que los años divisibles por 100, pero no por 400, dejasen de tener 366 días. Así se evitaba el desfase que se estaba produciendo al intercalar excesivos años bisiestos, ya que se suprimían tres días cada cuatro siglos.

Por este motivo, el año 1900, que debería haber sido año bisiesto, no lo fue -es múltiplo de 100 y no es divisible por 400-. Y el año 2000, que es múltiplo de 100, pero también es divisible por 400, sí lo fue. Del mismo modo, los años 2100 y 2200 no serán años bisiestos. (F)