Este es un mes lleno de encuentros. ¿A cuántos desayunos, brunchs, almuerzos o cenas de Navidad está invitado? La lista puede ser un poco apremiante, en especial cuando las fechas y horas se cruzan y usted no ha tenido tiempo de comprar regalos o enviar una respuesta de confirmación.

Decidir a qué festejos ir, de acuerdo a su tiempo, su situación económica y social y sus sentimientos, puede ser difícil. Por algo hemos tomado la costumbre de llamar a estas cortesías ‘compromisos’, una palabra que tiene un tinte de obligación y de aprieto.

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Pero las invitaciones por compromiso no existen cuando un grupo tiene vínculos sanos, nos explica la psicóloga y terapeuta Kathalina Urquizo. Lo que hay es un ambiente de seguridad que permite organizar actividades, hacer comida, poner música para que todos estén cómodos unos con otros. “Las familias que han desarrollado un apego seguro son capaces de darse cuenta de lo que cada miembro necesita y cada uno logra ver lo que es adecuado para el bienestar común”.

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El agotamiento por las fiestas es real, reserve al menos un día después para descansar. Foto: Shutterstock

Si eso existe, puede extenderse a los invitados, personas que no necesariamente son conocidas por todos en la familia o en el grupo. Cada invitado es importante, al menos para alguien en el entorno, y por eso los demás lo aceptan, lo respetan y atienden sus necesidades.

“No todas las familias han llegado a ese vínculo”, reconoce Urquizo. “Si no lo han logrado, lo ideal es que las fiestas se vuelvan una oportunidad para compartir”. El anfitrión puede darse tiempo para pensar en lo que cada uno de los presentes necesita para sentirse cómodo, y también en lo que hace falta para el bien común.

La especialista nos proporciona una herramienta para que todos estén bien atendidos: ser transparentes y anticipar a todos lo que sucederá durante el evento, para que no haya sorpresas desagradables. “Va a asistir esta persona a la que no todos aceptan. Habrá villancicos aunque no a todos les gusten”.

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Explique el porqué de las decisiones. “Las personas no siempre respondemos adecuadamente ante lo que no conocemos, y la anticipación nos ayuda a medir mejor la respuesta de los invitados, y a ellos les quitará la incertidumbre y, por ende, disminuirá el modo alerta“.

Motivación para estar presente en la próxima fiesta

Antes de que piense que lo invitaron ‘por compromiso’, que la fiesta seguirá sin usted y que no lo echarán de menos, considere que su presencia es un gesto de solidaridad y apoyo. El reporte digital Global Overview 2022, publicado por Data Reportal, We Are Social y Hootsuite, estimó que:

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La cena navideña es importante, pero no puede ocupar el primer lugar ni ser responsabilidad de una sola persona. Foto: Shutterstock
  • El tiempo promedio en pantalla cada día por persona es de 6 horas y 58 minutos.
  • El tiempo promedio diario en redes sociales es de 2 horas y 27 minutos. El 92,1 % de usuarios estaban navegando desde sus teléfonos móviles.
  • Estos usuarios se vuelven cada vez más jóvenes: un 49 % de los niños de 0 a 2 años ya usan teléfonos inteligentes.

“Sí, los usamos para el trabajo. Sí, podemos hacer conexiones significativas con personas de pensamiento similar en redes. Y, por supuesto, el internet hace más fácil hablar con familia y amigos que están a miles de kilómetros de distancia. Eso hay que celebrarlo”, dice la escritora y filósofa francesa Susanna Newsonen.

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Pero ella recomienda que, cuando estemos frente a frente a los otros, dejemos el celular a un lado. “Cuando alguien está junto a usted en la mesa, ponga el teléfono en la cartera o en el bolsillo. Si está en confianza, déjelo en otra habitación mientras conversa con sus parientes. Cuando salgan a caminar, deje el dispositivo en la casa. Esté presente para sus seres queridos y para usted mismo”.

Reuniones navideñas sin presiones

La segunda cosa que no debe haber en una invitación de amigos o familia es la presión. Denisse Dunn, experta en protocolo y etiqueta (@theformalway), comparte algunas recomendaciones para los que invitan y para los que llegan.

Los regalos costosos pueden crear tensión y no garantizan que la persona quedará agradada. Foto: Shutterstock
  1. Los anfitriones tienen que notificar la fiesta o cena por lo menos una semana antes de la fecha, y pedir que se confirme la asistencia.
  2. Si usted no puede ir, debe excusarse de antemano. “No diga que sí va, para después no llegar”.
  3. Si le piden que lleve a su pareja o familia, está bien; pero, a menos que el anfitrión diga otra cosa, no aparezca en la fiesta o cena con personas inesperadas, no invitadas.
  4. Lo ideal es llevar un detalle al anfitrión. No tiene que ser costoso; es un agradecimiento por el gesto. Si va a entregar un regalo con motivos navideños, entréguelo en los primeros cinco días de diciembre.

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  1. Cuando alguien lleva licor, el dueño de casa no tiene la obligación de abrirlo, porque de seguro ya preparó bebidas de acuerdo al menú. “Y los invitados no podemos presionar para que compartan lo que estamos llevando; eso es de muy mal gusto”.
  2. Hay una excepción cuando la reunión es cooperativa, con cuota. “Entonces puedo pedir que abran lo que he llevado”. Y, aun en estas ocasiones, es bueno llevar un detalle para el dueño de casa, que es quien hace el mayor esfuerzo.
  3. No es obligatorio quedarse hasta el final ni pueden obligarlo, pero espere a que termine la cena, el postre y un tiempo prudente de sobremesa, unos 30 minutos.

Herramientas para enfrentar el cambio en época festiva

Es agradable tener tradiciones, pero hay que tener en cuenta que los grupos de amistades, compañeros y familiares van cambiando con el tiempo. Esto puede crear incertidumbre, dar sensación de pérdida. “Adaptarse (al crecimiento de los hijos, separaciones, fallecimientos, mudanzas) conlleva transformación personal, y en muchas ocasiones supone una crisis de estabilidad emocional”, dice Urquizo.

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  • Acepte que nada permanece. El primer paso consiste en comprender que la transformación de la realidad es la norma y no la excepción.
El deseo de perfección puede romperse en cualquier momento, sea flexible y haga lugar para las imperfecciones. Foto: Shutterstock
  • Luego de pasar el normal periodo de duelo por el cambio, hay que trabajar mucho en ver los aspectos positivos. Los hijos se van, pero crece la familia política, las fiestas pueden ser más divertidas o ser reemplazadas por proyectos diferentes, como los viajes.

A veces, el cambio es para padres mayores o tíos, personas solteras o divorciadas o jóvenes estudiantes que de repente se enfrentan con que van a pasar solos las fiestas. “Este es un tema difícil, y es la razón por la que este es un mes de atención en salud mental. En diciembre se incrementan los casos de depresión en todas las edades —indica la psicóloga—, y es porque somos seres sociales: una de nuestras primeras búsquedas es la de pertenecer, por lo que enfrentarnos a la soledad no es una tarea fácil, más aún en épocas en donde las relaciones familiares y de amistad se vuelven el centro de atención”.

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Tomando en cuenta esto, las personas que no tienen otra opción que pasar solas deben estar pendientes de las emociones que van teniendo, para tomar medidas, siempre con alguien que los ayude a hacer una buena gestión, realizando actividades que compensen la idea de soledad que podrían sentir en estas festividades.

Para esto hay que hacer mucho trabajo personal, sin culparse por sentirse mal o necesitar compañía. “Somos seres de vínculos y no es fácil adaptarnos a la soledad”.

¿Qué puede compensar la sensación de soledad? “No hay actividades específicas, pero sí hay la posibilidad de darnos cuenta de que estando solos podemos disfrutar en individual, con actividades que nos lleven a sentirnos tranquilos y conectados con nosotros mismos, en las que convirtamos a la soledad en una aliada que nos permita realizarlas”. Estar consciente de que uno está solo pero es capaz de escribir, ver una buena película, leer un buen libro, ir de viaje y descansar. (F)