La estrategia detrás de las manifestaciones antigobierno en países como Ecuador, Chile y Colombia es atribuida a dos colectivos de izquierda: el Grupo de Puebla y el Foro de Sao Paulo. Pero analistas discrepan sobre su real influencia.

La primera estructura tiene apenas tres meses de creación y la segunda, 29 años de trayectoria. Ninguna tiene una sede fija o está representada por los gobiernos de turno, sino por dirigentes políticos y sociales y por intelectuales de izquierda.

La agrupación que surgió en Puebla, México (país presidido por el izquierdista Andrés Manuel López Obrador), tiene en sus filas a siete expresidentes, entre ellos Rafael Correa.

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También son parte los ecuatorianos Gabriela Rivadeneira, asambleísta afín a Correa, y Guillaume Long, excanciller del régimen anterior.

Rivadeneira se ha declarado perseguida política del régimen de Lenín Moreno y se ha refugiado en la Embajada de México en Quito.

Moreno ha acusado a los correístas en general de estar detrás del ‘golpe de Estado’ que se pretendió propiciar durante las recientes manifestaciones.

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El politólogo venezolano Pedro Urruchurtu sostiene que “mucho de lo que está pasando” “bajo el pretexto de protestas sociales” busca “desestabilizar a la región”.

En su cuenta en Twitter @Urruchurtu, él opina que el Grupo de Puebla busca reemplazar al Foro de Sao Paulo “replanteándose el modelo de poder en la región para preparar el retorno de la izquierda”.

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El Foro nació en 1990 en Sao Paulo, Brasil, por iniciativa del Partido de los Trabajadores dirigido por el entonces sindicalista Lula da Silva (luego presidente entre el 2003 y 2011).

Ese año, el único gobierno de izquierda en la región era el de Fidel Castro en Cuba.

Desde entonces las tendencias en América han variado.

Pero Venezuela mantiene un régimen de izquierda desde 1998; primero con Hugo Chávez y luego con Nicolás Maduro, quien el pasado 20 de octubre hizo unas declaraciones contradictorias.

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En un encuentro con la militancia, Maduro primero se dirigió a los integrantes del Foro: “El plan va como lo hicimos, va perfecto (...). Todas las metas que nos hemos propuesto en el Foro las estamos cumpliendo”.

Luego reprochó que le echen “la culpa de todo” y dijo: “Que salieron los estudiantes, los trabajadores, los campesinos en Colombia a protestar, es culpa de Maduro; que se alzó el pueblo de Ecuador contra el FMI, dice el estúpido de Lenín Moreno, que fue que yo envié 200 hombres. Es una ofensa al movimiento indígena, es una ofensa al pueblo de Ecuador, del estúpido de Moreno”.

El exdiplomático Marcelo Fernández de Córdoba considera que la primera parte de la declaración de Maduro hay que tomarla textual.

“Es un reconocimiento de la injerencia que quiere hacer en el continente para implantar el socialismo del siglo XXI”, señala, al tiempo de anotar que existe una ‘conexión’ entre el Foro de Sao Paulo y las manifestaciones en varios países.

El sociólogo Decio Machado y el historiador Pablo Ospina discrepan y subrayan que se sobredimensionó a tales estructuras internacionales.

Remarcan que acusarlas es la ‘justificación’ de los gobiernos para no admitir el “descontento social” de sus políticas.

Machado afirma que el Foro está “tremendamente debilitado” porque los partidos políticos se han apropiado de él, pese a que nació de organizaciones sociales de izquierda.

“El Grupo de Puebla no parece ser una asociación de partidos sino de personalidades, que pretende ser un contrapeso al Grupo de Lima”, dice Ospina, al tiempo de indicar que el colectivo en México surgió para distanciarse del “apoyo irrestricto del Foro a Maduro”.

Reuniones

Los fundadores del Grupo de Puebla se reunieron el pasado 14 de julio en Puebla, México, y acordaron convocar a todos los progresistas para “construir un nuevo proyecto común”. Mientras que el Foro de Sao Paulo tuvo su 25.º encuentro del 25 al 28 de julio pasado en Caracas, Venezuela; uno de los temas que se trataron fue sobre las “medidas coercitivas” hacia ese país. (I)