Italia pasa actualmente por su peor situación desde la Segunda Guerra Mundial.

El país europeo ya tiene este lunes más 63 mil casos confirmados de coronavirus COVID-19 y 6077 persoas han fallecido. Cifra que lo hace el país con más muertes, el casi el doble que en China, donde nació el virus.

Las circunstancias son tan adversas que el gobierno ha decidio suspender hasta el trabajo en las fábricas que no sean indispensables.

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Este país ahora es la muestra de lo que puede pasar cuando no se toman las medidas a tiempo. Por ello, en el diario The New York Times están haciendo un llamado de urgencia a las autoridades de EE.UU. ha tomar medias drásticas para convertirse en otra Italia, puesto que los casos están subiendo muy rápido y ya es el tercero del mundo con más casos.

En Italia fallaron los intentos graduales para frenar la propagación del virus. El cierre de localidades, regiones y todo el país, en ese orden, no pudieron contenerlo.

Según Sandra Zampa, subsecretaria del ministerio de Salud de Italia, ahora 'persiguen' al coronavirus, pero fueron hiciendo lo mejor que podían con la información que iban teniendo sobre la epidemia.

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Ahora se ve en retrospectiva como la poca importancia que autoridades le daban durante los primeros casos del brote diciendo que no podían parar su vida por la enfermedad, ha cambiado totalmente.

Varias personas han criticado que en los primeros días del brote en el país el primer ministro Giuseppi Conte y otros funcionarios le restaron importancia a lo que pasaba, creando una falsa sensación de seguridad que al final ocasionó una propagación mayor hasta que al final decidieron aplicar un cierre total del país y el confinamiento de sus habitantes.

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Esto último no fue algo sencillo en una país con una democracia liberal, según expertos. Aunque también se indicó que el ministro de salud había batallado mucho con el resto de los integrantes del gobierno para que se tomen medidas más rápido.

Walter Ricciardi, miembro del consejo administrativo de la Organizacion Mundial de la Salud y consejero del ministro de Salud indicó la dificultades políticas no permitieron que las medidas de restricción se tomen antes, y que máximo pudo haber sido 10 antes, un número de días representativos, según The New York Times.

Mientras, Zampa admitió que Italia veía el caso de China casi como una película de ciencia ficción que no tenía algo que ver con Italia, cuyos políticos les costaba admitir la vulnerabilidad y estaban más preocupados en la economía y alimentar al país.

También se sabe que el 18 de febrero un hombre de 38 años llegó al hospital de Codogno, en Lombardía, con sítomas graves de gripe, pero no hizo caso ante la petición de los médicos de quedarse internado. Se fue a su casa y a las pocas horas regreso porque se puso peor. Cuando estaba en cuidados intensivos se le hizo la prueba de coronavirus y dio positivo. Ese es el primer caso conocido en el país.

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Ese mismo hombre había realizado varias actividades sociales, con síntomas leves, en los días previos con decenas de personas. Lo peor es que no había tenido ningún contacto con alguien de China por lo que alguien le había pasado el virus a él. Ese paciente 0 aún no se lo encuentra.

Las autoridades no habían escuchado que el norte del pais, exactamente la provincia de Lombardía tenía una relación cercana con China por el comercio, razón por la que se pedían más controles, incluso en las escuelas.

El epidemiólogo Fabrizio Pregliasco indicó que el hombre de Codogno, conocido como el paciente 1, en verdad podría ser el paciente 200 porque el virus ya tenía varias semanas y se había transmitido por personas sin síntomas o molestias leves de gripe.

Expertos siguen diciendo que Italia paga los mensajes contradictorios de las primeras semanas.

La semana pasada un equipo de médicos que habían tratado la epidemia en China llegaron a Italia para ayudar en las zonas más afectadas. Ellos dijeron que les parecía sorprendente que tantas personas aún estén en las calles.

Su primer consejo ante el uso masivo de transporte público y poco uso de mascarilla fue aplicar medidas más estrictas.

Conte ha dicho que las medidas, que en principio finalizarían el 3 de abril, se extenderán.

Luz al final del túnel

Este lunes Italia tuvo una segunda caída consecutiva de muertos y nuevos infectados, aferrándose a la esperanza prudente de una ralentización de la propagación pese a que la península superó los 6.000 muertos, según AFP.

"Todavía no es el momento de cantar victoria, pero vemos una luz al final del túnel", comentó con una tímida sonrisa Giulio Gallera, responsable de Salud en el gobierno regional de Lombardía (norte), la región más castigada de la península por la pandemia, con 28.761 infectados y 3.776 muertos.

El presidente del Instituto Superior de Salud (ISS), Silvio Brusaferro, también evitó el triunfalismo. "Examino atentamente y con una mirada favorable las cifras, pero prefiero no adelantarme y decir si hay una tendencia" a la baja.

"Vivimos días cruciales. Cuidado con no bajar la guardia", advirtió por su parte el ministro de Salud Roberto Speranza. (I)