El presidente de la República, Daniel Noboa, realizó este viernes, 24 de mayo, el Informe a la Nación en el pleno de la Asamblea Nacional, en Quito.

Durante poco más de hora y media, los presentes y la ciudadanía —a través de diferentes medios— pudieron escuchar un resumen de actividades y promesas de Noboa, así como del presidente del Poder Legislativo, Henry Kronfle.

Este acto se da seis meses después de que Noboa asumiera la Presidencia (noviembre 23 de 2023), por lo que, según lo que dijo y lo actuado en este tiempo, esto es lo que opinan nuestros columnistas de lo hecho por el Gobierno actual hasta el momento:

Simón Pachano, analista político

“El nuevo Ecuador” fue la frase que repitió incansablemente el presidente en su discurso. Obviamente, con eso, y con las constantes alusiones a las que él considera como diferencias con los Gobiernos anteriores, quiso marcar un antes y un después. Profundizó en esa idea con afirmaciones como “el país que tenemos hoy es muy diferente al que teníamos hace seis meses” o “recuperamos la institucionalidad del país”. Sin embargo, las evidencias que presentó se referían a acciones puntuales y proyectos focalizados. Para sustentar una visión de ese tipo debía evitar hacer referencia a las preocupantes cifras de la economía nacional, y así lo hizo, las evadió, porque al aludir a ellas habría destruido los cimientos de la situación idílica y tecnocrática que proyectó. En lo político, aparte de la sorna con que aludió de refilón a sus críticos, predominó el vacío. Con ello dejó la imagen de una gestión basada únicamente en el equipo gubernamental, alejado del diálogo y de los acuerdos a los que aludió el presidente de Asamblea cuando retomó el concepto de gobernabilidad. En definitiva, el presidente presentó un proyecto de refundación, uno más en la larga historia nacional, que como muchos de los anteriores tiene todos los ingredientes para ir hacia una deriva autoritaria. (O)

Mauricio Gándara Gallegos, analista

Con su mensaje del 24 de mayo, el presidente Noboa ha iniciado su campaña electoral, que era lo que suponíamos iba a ocurrir, pero lo que no nos esperábamos es que en la transmisión televisada se introdujeran cuñas o viñetas de propaganda de los logros, reales o supuestos, alcanzados por el Gobierno. Previamente, habló del dueño de casa, el presidente de la Asamblea, en cuyo discurso, formalmente bien trazado, destacó la importancia de la gobernabilidad, lo cual va a ser de importancia capital en el periodo electoral que se inicia, especialmente por esta pugna, cada día más profunda entre el presidente y la vicepresidenta.

El mensaje presidencial tuvo como eje el problema de la inseguridad, en el cual destacó la intervención esencial de las Fuerzas Armadas, que fue abrumadoramente aprobada en la última consulta popular y a la cual el presidente quiere recurrir nuevamente, ahora, a pesar de que su último decreto de excepción le fue negado, hace poco, por la Corte Constitucional. La intervención de las Fuerzas Armada con la Policía ha aumentado la sensación de seguridad, aunque las estadísticas no son muy alentadoras.

Hizo el presidente mención a las acciones para solucionar el problema de los apagones, las cuales han tenido un positivo efecto, lo que, sumado a la presencia de lluvias, ha aliviado en mucho al país. (O)

Alfredo Saltos Guale, analista de temas agrícolas y de producción

Confieso que me aprestaba, con lápiz y libreta de anotaciones, para escuchar el informe presidencial trasmitido en cadena de radio y televisión. Lamentablemente, se confundieron las cifras en medio de un despliegue publicitario que interrumpía a cada instante el discurso del jefe de Estado. Esperemos que exista otra oportunidad para analizar en detalle y opinar con mayor conocimiento las realizaciones gubernamentales, diluidas en un despliegue publicitario típico de una adelantada campaña electoral. En todo caso, debemos rescatar los evidentes avances y esfuerzos necesarios para devolver a la nación la tranquilidad y paz que se reclama para proyectar el desarrollo del país. De igual manera, es plausible lo logrado para superar parcialmente la emergencia eléctrica, cuya resolución aún está pendiente. Ojalá se conozcan aspectos concretos para vencerla, esperando por ejemplo la decisión política para que cuanto antes se inicien las acciones para aprovechar las existencia de gas natural del golfo de Guayaquil como medida menos costosa, más limpia y segura, no sujeta a contingencias naturales.

En lo agrario, el más importante sector de la economía nacional, seguiremos esperando pacientemente propuestas y planes para su pleno desarrollo, que durante la presentación presidencial no se escucharon. En el tema seguridad, el más expuesto en el informe, no se explicitó lo que se aspira para otorgarle a la ruralidad la seguridad que reclama, siendo la que padece de mayor vulnerabilidad y abandono. (O)

Pedro X. Valverde, analista

Considero que Daniel Noboa recibió un país que se caía en pedazos y, en alguna medida, sin haber resuelto sus grandes problemas (porque en seis meses es imposible), generó una importante mejoría en seguridad, economía e institucionalidad.

Destruyó el mito de que el Ecuador era ingobernable, o que la Asamblea Nacional era la gran responsable de los males nacionales. De hecho, la Asamblea Nacional ha sido un baluarte muy importante en las acciones positivas de su Gobierno.

Lo más importante es haberle devuelto al pueblo la esperanza de días mejores. Eso se evidencia en las encuestas que, de manera sostenida, mantienen la tendencia de que la mayoría de los ecuatorianos tiene la percepción de que vienen días mejores.

Por ello, mi aprobación a estos primeros seis meses. De aquí en adelante, le quedan grandes desafíos: seguridad, energía eléctrica y mejorar la economía de los más pobres, entre los más importantes.

Sobre todo, ahora que el desgaste de gobernar le ha comenzado a pasar factura; sobre todo, porque el país viene con carencias acumuladas que no resisten más inacción gubernamental; sobre todo, ahora que comienza a ser candidato y cada acierto o yerro cuenta votos. (O)

Juan Morales Ordóñez, abogado

Luego de seis meses de ejercicio del poder político al que accedió de manera impensada el actual presidente del Ecuador, hoy presentó su Informe a la Nación sobre lo que considera son sus principales logros. No reconoció ninguno de los errores en los que pudo haber incurrido.

Este tiempo ha estado marcado por algunos eventos que, luego de su análisis, permiten una aproximación circunstancial a la personalidad del presidente en su relación con la institucionalidad democrática de la República.

Las desavenencias con la vicepresidenta fueron evidentes desde la campaña y su desenlace aún es incierto. Lo que es claro en este tema es el propósito de liberarse de ella de manera definitiva. Hasta aquí, las formas adoptadas para ese fin son abusivas y los ciudadanos no conocemos aún las razones para la evidente intención de separarla del Gobierno.

Las decisiones iniciales para el combate a la delincuencia organizada y su impacto positivo en esos momentos son también un hecho que resaltar. Igualmente lo es la forma de manejar la situación del exvicepresidente Glas, que incluyó el ingreso por la fuerza a la embajada mexicana en Quito. Por fin, la fallida intención de sus parientes de levantar un complejo turístico en Olón y la forma en que se lo intentó también son un hecho significativo.

Esos casos y tantos otros evidencian determinación a la hora de tomar decisiones. También un rasgo cada vez más visible —lamentablemente— de autoritarismo y prepotencia que podría potenciarse en los tiempos que vienen. (O)

Roberto Aspiazu, analista

Acompañado de un baño de masas, con banda de pueblo y cartones con su efigie a tamaño natural, el presidente Daniel Noboa arribó al Palacio Legislativo a rendir su mensaje a la nación. Algarabía que da cuenta de que la campaña de reelección ha empezado.

En el marco de la imponente ceremonia, el titular de la Asamblea Nacional, Henry Kronfle, en un discurso sobrio y de ánimo constructivo puso acento en la importancia de la gobernabilidad y los consensos para la estabilidad institucional del país.

Por su parte, Noboa se posicionó como el mandatario de la seguridad que viene combatiendo con éxito al crimen organizado y la narcopolítica, con énfasis en el cambio producido en apenas seis meses. Destacó que se han efectuado 126.000 operativos de la fuerza pública, lo que ha significado la detención de 35.000 malhechores.

El momento más emocionante fue cuando pidió un aplauso de pie por la labor cumplida tanto por las Fuerzas Armadas como por la Policía, motivando una ovación del público.

Sobre la grave crisis energética, prometió que sería superada, bajo la disposición de un Gobierno que soluciona los problemas sin quejarse por las responsabilidades pasadas.

En la formulación de mensajes cliché, dijo que estaba animado por la fuerza, la firmeza y la empatía; este último, un concepto que apuntó a remarcar su compromiso con los más pobres.

Poniendo hincapié en el recambio generacional cuya misión es hacer las cosas de modo diferente, con eficacia, transparencia y sin corrupción, consiguió, con su modo simple de comunicación, resembrar la esperanza de un futuro mejor para el Ecuador de todos. (O)

Alfonso Reece Dousdebés, analista

“No hay grandeza donde falta sencillez”, cita de Tolstoi con la que el presidente prácticamente selló su mensaje a la nación, debería convertirse en un lema que guíe todos los actos de su gobierno. Viendo, viendo, aunque la solemne alocución se pronunció en un tono llano, el exceso de voluntarismo demostrado en varios actos pone en evidencia que la mayor amenaza al régimen está en su particular manera de entender el liderazgo.

El primer eje de acción analizado fue el de seguridad: acertado; es la primera preocupación ciudadana. Se habló de la cantidad de delincuentes detenidos y de los moderados logros en el intento de bajar las tasas de violencia y crimen. Una importante inquietud, ¿qué ha sucedido con esos presos? Sería un esfuerzo inútil si un porcentaje alto de ellos está otra vez en las calles, gracias a las leyes endebles y los jueces baratos. No hubo un intento profundo de cambiar unas y otros, aunque en la consulta convocada por el propio Gobierno se autorizaron algunas reformas. Curioso, pero en el mensaje no se dio importancia a este referéndum y a sus resultados, ¿están inseguros de la utilidad de este evento, a pesar de su victoria relativa? Al final, me parece que la realización más importante que se pudo exhibir fue la caída de mil puntos en el riesgo país. Lo cuestionable: no se ve hacia dónde convergen todas las acciones del poder. (O)

Miguel Rivadeneira Vallejo, analista

Un informe combinado con promoción.

El estilo de informe a la nación resultó diferente a anteriores mandatarios. La promoción proyectada de sus acciones y de sus obras en sus seis primeros meses de administración predominó el presidente Daniel Noboa en su comparecencia a la Asamblea Nacional.

El presidente, que se ha caracterizado en ser parco en sus intervenciones durante su gobierno, combinó su alocución con videos preparados de las tareas cumplidas, con una diversa participación ciudadana que avaló sus políticas. Eso contrasta con la debilidad en materia de comunicación que ha reflejado en los seis meses de administración para informar masivamente.

Remarcó temas importantes como la lucha emprendida contra la delincuencia organizada, el narcotráfico y la narco política, a la que le mencionara con especial atención.

Admitió las decisiones duras y profundas que debió adoptar para lograr un país más seguro y abierto a la inversión, con la advertencia de que la lucha recién ha comenzado y que “no nos amedrentarán”. Resaltó los proyectos económicos que propuso a la Asamblea y que lograra su aprobación.

Uno de los hechos destacados por el primer mandatario fue lo que calificara como la recuperación de la institucionalidad por un nuevo Ecuador frente a la realidad del pasado reciente de las mafias enquistadas en el poder político. (O)

Raúl Hidalgo Zambrano, analista

La decisión tomada con el decreto ejecutivo 111 (09/01/2024) es histórica, al declarar que Ecuador vive un conflicto armado interno contra el crimen organizado transnacional, organizaciones terroristas y grupos armados no estatales, además, identificó a 22 grupos criminales, sin duda, sepultó en la historia a anteriores gobiernos débiles y sin liderazgo, en materia de seguridad interna.

El mayor peso del cumplimiento de esta decisión cayó sobre las FF. AA., institución fuerte, jerarquizada y disciplinada, que desplegó a sus militares en todo el territorio, específicamente en las calles de las ciudades con mayor violencia, y en las cárceles desde las cuales los jefes del crimen organizado controlaban sus operaciones.

El trabajo directo de los militares en misiones que no son su responsabilidad constitucional resultó positivo, pues, lograron mejorar la seguridad capturando a criminales y sometimiento disciplinariamente a los presidiarios. En consecuencia, las FF. AA. alcanzaron más del 80 % de credibilidad y confianza del pueblo, y el presidente más del 70 %.

Actualmente, el presidente Daniel Noboa a pesar de tener fallas de tipo político y diplomático, mantiene una alta aceptación popular por sus decisiones y el prestigio de FF. AA. Por aquello, en la rendición de cuentas muchas veces agradeció al jefe del Comando Conjunto y a las FF. AA.

La más importante decisión es de no tranzar con la narcopolítica, como sucedió en un gobierno. (O)

Katia Murrieta, analista

Habiendo recibido un país quebrado en todos los ámbitos, comenzando por el financiero; con una situación crítica de terrorismo, violencia e inseguridad; víctima de la corrupción en los distintos estamentos; con la administración de justicia en manos de personas hoy acusadas de tener lazos con la narcocracia; con un riesgo país en picada hacia abajo; las arcas vacías, con deudas interna y externa, y haber logrado bajar sus niveles de peligrosidad, su actitud no es triunfalista. Al contrario, reconoció que, pese a los logros alcanzados, el camino es largo y que avanza mirando hacia adelante, desbrozando la maleza con machete y mano firme, porque no va a transigir con el narcotráfico, la narcopolítica y los terroristas; ni con aquellos que, pensando que el país les pertenece, quieren disponer de él a su antojo, ni con gobernantes extranjeros que desean imponernos sus inaceptables reglas.

Los males seculares que padecemos no pueden ser solucionados con varitas mágicas ni prestidigitación, por lo que, por duras que parezcan ciertas medidas, debemos apoyarlas para seguir adelante e ir paliando nuestra terrible situación. Y el presidente percibe que lo hemos entendido y que goza de nuestra confianza y credibilidad.

El primer mandatario dijo, además, que hemos recuperado la institucionalidad del país. Falta mucho por hacer, pero su optimismo es contagioso y señaló algo que también es muy importante para avanzar: ha roto los patrones de la política tradicional. (O)

María Fernanda Cobo M, analista

El Informe a la Nación del llamado “Nuevo Ecuador” deja una huella claramente electoral. Lejos de ser un ejercicio democrático de rendición de cuentas, el mensaje presidencial reafirma la continuidad de una campaña electoral que inició hace seis meses y cuya hoja de ruta para el siguiente semestre es capar el voto de las nuevas generaciones, a través de una nueva forma de gobernar marcada por un estilo que rompe con los patrones tradicionales de hacer política y apela a una empatía de “fortaleza para no ser derrotados, nobleza para no ser humillados y humildad para no ser ofendidos”. Una retórica política acompañada de resultados del Gobierno donde las cifras presentadas obliga a la ciudadanía a cuestionar y verificar, para que no se convierta en una práctica que estemos dispuestos a obviar, ya que no dar seguimiento al ejercicio de rendición de cuentas podría implicar a la larga la claudicación a este derecho. Así, este primer informe de Gobierno refleja el uso discrecional del poder para alcanzar nuevos fines electorales. (O)

Steven Espinosa Ortega, abogado

Un discurso en el que no hubo sorpresas, 27 minutos apoyado de videos en el cual sin lugar a dudas trazó la cancha de una campaña que se ve venir, fue fiel a su estrategia comunicacional, un par de coqueteos con atacar al correísmo que sin decirlo les dijo todo. Sin embargo, cuando lo analizamos técnicamente es un discurso que debe mucho, hablo de inversión de la energía, pero cuando el país perdió millones de dólares por la falta de prevención, cifras que de todo corazón espero sean reales, pero no contó con un respaldo técnico que convenza como el caso de la creación de empleo joven. Por el resto como siempre nuestro país estuvo más preocupado por los zapatos caros que lució que las cifras que arrojó. (O)

Miguel Hernández Terán, constitucionalista

Esta es, tal vez, la frase más representativa del discurso presidencial sobre los seis meses de gobierno. El discurso lució sobrio, equilibrado y crítico. Esto último respecto de gobiernos anteriores, sin llegar a ser ofensivo. Nos mostró un presidente con una importante virtud: ser claramente decidido. No hizo grandes reconocimientos a la Asamblea Nacional. Fue un discurso esperanzador y generador de expectativas para el pueblo. La mayor y a la vez básica esperanza es vivir en paz. Ya no hay palabras que puedan describir el sufrimiento de la sociedad por la violencia. La mayor vara con que se medirá al presidente es la consecución de la seguridad y la paz. La sensación de ser potencialmente atacados en cualquier momento por cualquier delincuente es un símbolo de estos tiempos. La juventud y la determinación son buenos aliados de Noboa. La delincuencia su más grande enemigo. Tenemos la expectativa de que la Función Judicial cumpla su rol institucional con la misma determinación que el presidente; de que la Asamblea Nacional siga la ruta de legislar con agilidad; de que la Fuerza Pública sea un gran aliado de la sociedad, sin caer en las garras de la tentación. La esperanza sembrada por el presidente debe florecer y dar sus frutos de la mejor manera. Todos debemos cumplir de la mejor manera nuestro papel en la sociedad. (O)

Jorge G. Alvear, analista

En lo formal, fue de fácil aprehensión el informe presidencial, con la ayuda de ilustración videográfica. Destaco el señalamiento inicial del objetivo de construir un país donde la tranquilidad y el progreso sean la norma y no la excepción para lograr el progreso. Ese “spot” interpreta fielmente el deseo de la mayoría, lamentablemente nuestro país está configurado con profundas diferencias determinadas por regiones y culturas. Tales características nos imponen visiones poco conciliables y dificulta satisfacer prioridades como país único. Y es que en el ámbito de la seguridad y la producción, hay regiones de la Costa más afectadas y sufridas con la actividad delincuencial. Casi ha desaparecido la actividad productiva nocturna. Se culpa a la influencia del narcotráfico, por ahora refrenado con la captura de cientos de toneladas de cocaína. Por esto, en gran medida las bandas armadas delincuenciales se han volcado directamente contra la población inocente, sometiéndola a robos violentos y extorsiones con el mecanismo de “vacunas”, o con los secuestros aleatorios; la mayoría improvisados. Esta forma de inseguridad definitivamente afecta nuestras rutinas para producir o consumir. La reactivación económica es más complicada en la región Costa, debido a la mayor inseguridad que vivimos en comparación con regiones del altiplano.

En fin, los 6 meses son poco tiempo para resultados. La solución a la falta seguridad y a la falta de empleo y la lenta recuperación de la economía, está relacionada con el referéndum y consulta popular. Es decir con las 9 preguntas que tuvieron respaldo mayoritario, con la negativa a la posibilidad del trabajo por horas y a no permitir el arbitraje internacional en los tratados de inversión. No obstante, se aprobaron leyes tributarias, como la del incremento del IVA para invertir en seguridad (3 %) que el presidente lo pidió para lograr mejores resultados en ese campo, y otras para incentivar inversiones en obras que permitan generar empleos.

En todo caso, hay esperanza en la oferta del presidente de crear plazas de empleo y alejarnos del terrorismo, esto último por haber realizado un importante desarme de las organizaciones delincuenciales. El presidente ha tenido que hacerse cargo (y ha demostrado resiliencia) de un Estado sin dinero y con deudas atrasadas, restringiéndose así su gestión, que precisa de suficientes recursos, y en el ínterin hubo de enfrentar la crisis energética golpeando más la actividad productiva del país. Sin duda falta más trabajo para revertir el caos. Agregaría apoyar frontalmente a la fiscal en su lucha contra la corrupción. (O)