La cuarentena por coronavirus COVID-19 ha llevado a la humanidad a replantearse sus formas de consumo. Ya sea debido a las restricciones de movilidad, por ahorro económico, mayor tiempo libre o como terapia, muchos han decidido iniciar un huerto en casa.

Con asesoría de Cecilia Viteri, especializada en psicoterapia hortícola y creadora de Mi Semilla, a continuación una guía para comenzar a cultivar.

Tomar decisiones considerando lo siguiente:

El sol: Elegir un lugar de exposición directa (patio, balcón o ventana). Las hortalizas que dan frutos fuera de la tierra, las rastreras y las leguminosas necesitan 8 horas de luz solar al día. Las de raíz, tubérculos y bulbos necesitan al menos 6 horas y las de tallos y hojas les basta con horas.

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Ejemplos:

  • Fuera de la tierra: Tomate, pimiento, ají, berenjena.
  • Rastreras: pepino, melón, calabaza.
  • Leguminosas: habas, guisantes, judías.
  • Raíces: zanahoria, nabo, remolacha, rábano, jengibre, papa.
  • Bulbos: cebollas, puerro, ajo.
  • Hojas y tallos: espinaca, acelga, lechuga, perejil, apio, col, albahaca, hierbas aromáticas, culinarias y medicinales

El espacio: Las hortalizas que dan frutos necesitan: Al menos 45 centímetros de profundidad y entre 40 y 60 centímetros entre planta y planta.

Las hortalizas de hoja, las de raíz y bulbos necesitan: Al menos 30 centímetros de profundidad y de 10 a 20 centímetros entre una planta y otra.

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Elegir un tipo de huerto:

Preferir el que se adapte a los recursos que se tienen en casa o lo que más fácil de conseguir y de bajo impacto ambiental. Lo indispensable es que el recipiente tenga huecos para que drene el agua.

  • Camas de cultivo: Si se cuenta con un jardín, este se puede adaptar preparando el suelo para el sembrío y utilizar materiales ecológicos como cañas o madera para delimitar el espacio de siembre.
  • Cajón de cultivo: Se puede construir a partir de retazos de madera sobre una superficie plana.
  • Mesa de cultivo: Igual a los cajones, pero elevados con patas. Son preferidos por personas con movilidad reducida. La caña es ideal para esta opción, al ser un material más liviano.
  • Vertical: Se adaptan a espacios reducidos. Se pueden usar latas y botellas plásticas recicladas, residuos de tubos PVC, cañas o pallets. Pueden ser pegados en una pared o colgantes.
  • En macetas: Pueden ser latas, botellas, llantas, baldes, ollas, tinas, gavetas.

Obtener la semilla

Puede conseguirse de frutos muy maduros o de las flores.

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  • Ponerlas en un lugar seco y a la sombra por un par de días para conservarlas.
  • Antes de sembrarlas, se recomienda ponerlas en un recipiente con agua durante una hora y seleccionar las que no floten.
  • Si no se usan de forma inmediata, se deben guardar en un envase hermético y fresco donde no reciba luz.
  • Se puede crear un semillero o plantel (espacios pequeños como una caja de huevos o las cáscaras de los mismos donde se pone la semilla hasta que surja el primer brote, vasos descartables con huequitos abajo) o poner la semilla directo a la tierra en el huerto.

Cultivar (Preparación de la tierra y riego):

Si se plantan muchas semillas del mismo tipo, se podría cosechar exceso de un producto que no se alcance a consumir. Se recomienda un sembrío variado, salvo que se tenga planificado hacer trueque en la comunidad.

  • Control de plagas: Sin uso de químicos, para no afectar a abejas u otros animales que no son plagas sino de beneficio, se pueden usar mezclas caseras o sembrar plantas que actúan como repelentes naturales (menta, albahaca, caléndula, romero...). Se recomienda hervir ajo u otro condimento con olor fuerte, dejarlo reposar y luego rociar esa agua en las hojas de plantas (fuera de las horas de sol). Debido al fuerte olor, las plagas se alejarán. También se puede mezclar en agua condimentos como ají, ajo, canela, pimienta y jengibre y esparcir por el cultivo.

Cosecha y resiembra:

Ya sea que sembraste uno o varios cultivos por gaveta, se recomienda mover la tierra y nutrirla, para evitar plagas y mejorar tu próxima cosecha. (F)