Pese a que ya todos daban por ganador en primera vuelta al candidato Luis Arce, del Movimiento al Socialismo (MAS) del expresidente Evo Morales, el conteo oficial de las autoridades bolivianas los dio como vencedor de los comicios este viernes.

Esta mañana el lento escrutinio de la elección del pasado domingo, en los que el izquierdista Arce ganó sorpresivamente de una manera muy fácil al cosechar el doble de votos que su principal retador, el expresidente Carlos Mesa.

Tras el conteo oficial del 100% de los sufragios, el 'delfín' del exmandatario Morales obtuvo el 55,10% de los votos válidos, frente al 28,83% del centrista Mesa. En tercer lugar quedó el derechista Luis Fernando Camacho con 14,0%.

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El resultado final coincide, con leves variaciones, con las proyecciones que presentaron la noche del domingo el canal de televisión Unitel y la fundación católica Jubileo, siete horas después del cierre de la votación, que permitieron acabar con la incertidumbre por la falta de resultados preliminares oficiales.

Las dos encuestas pronosticaban una ventaja de 22 puntos de Arce sobre Mesa, pero el resultado final fue mucho mayor: 26,27 puntos.

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) presentará los resultados este viernes a las 18:00 locales y proclamará la victoria de Arce, que marca el retorno al poder del Movimiento al Socialismo (MAS), 11 meses después de la caída de Morales en medio de una convulsión social y denuncias de fraude electoral.

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El presidente del TSE, Salvador Romero, adelantó que Arce y el nuevo Congreso -renovado íntegramente el domingo-, asumirán sus funciones "en el transcurso de la primera quincena de noviembre", pero no dio una fecha exacta.

Arce, de 57 años, fue el artífice del 'milagro económico' del gobierno de Morales (2006-2019) como ministro de finanzas.

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Acaparó el apoyo de los bolivianos gracias al capital político de Morales y a las esperanzas de un retorno a la prosperidad perdida, en medio de un país azotado por el coronavirus y la crisis económica.

El TSE demoró cinco días en el conteo de votos, algo que en otros países latinoamericanos demora pocas horas, porque utilizó un proceso manual, tras cancelar a última hora el sistema de conteo rápido digital en pro de la fidelidad de los datos.

Sectores de derecha conmocionados por el sorpresivo veredicto de las urnas no anticipado por ningún sondeo han salido a protestar para denunciar un supuesto "fraude".

Sin embargo, las misiones de observación electoral internacionales han afirmado que el proceso fue limpio y le da "legitimidad" al nuevo gobierno de izquierda, que sustituirá al de la presidenta transitoria derechista, Jeanine Áñez.

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En los comicios del pasado domingo participaron 6'483.893 de los ciudadanos habilitados, una participación récord del 88,42% de los 7,3 millones de inscritos, según los datos finales del TSE. (I)