Los estudios indican que hay un proceso de feminización del campo en Ecuador y en varios países de América Latina, resalta Judith Flores, socióloga e investigadora del Sistema de Investigación de la Problemática Agraria del Ecuador (Sipae).

“Las mujeres campesinas son las que están impulsando mayoritariamente las iniciativas de agroecología, por ejemplo, en todos estos programas de transformación del uso de suelo con cultivos que sean más amigables, son ellas las que mayoritariamente impulsan estos procesos”, según la especialista.

Lo que se observa es que las mujeres también están asumiendo la producción agraria para el mercado. El gobierno local de Cayambe impulsa un programa de agroecología y sus registros señalan que el 95 % de los productores involucrados en el proyecto son mujeres.

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El 85 % de todos los que son parte de la organización provincial de Tunguragua, que agrupa a todos los productores agroecológicos, son mujeres, dice Flores.

El 70% de todos los alimentos derivados de la producción agrícola que llegan a las mesas de las ciudades son producidos por pequeños y medianos productores en Ecuador. "Ahí la presencia de la mujer es importante, pero no tenemos cuantificación. Todos los programas, las encuestas, las herramientas estadísticas elaboradas, como el censo agropecuario del 2000 que no se ha vuelto a realizar y la encuesta de superficie agraria continua del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) no contempla una desagregación de sexo o etnias", dice Flores.

A más de ser parte de estas iniciativas productivas alternativas, hay cada vez más mujeres que se involucran en el tema de la producción para el mercado, afirma Flores: “Algo interesante es que durante la pandemia han aprendido a usar y armar grupos de chats para poder conectarse con sus clientes y no perder la conexión. Otra cosa que no se puede desligar es el cuidado de la salud, ya que son ellas las que por lo general reportan los casos del COVID-19 en sus territorios y les hacen seguimiento”.

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Hay expectativa con la elaboración de programas específicos con el efoque de apoyar a la mujer rural a través de la Subsecretaría de Agricultura Familiar y Campesina. Una opción, dice Flores, es garantizar que ellas accedan a la tierra a través de una política crediticia especial e involucrarlas en la asistencia técnica sin sesgos machistas y con facilidad de horarios. (I)