Maritza Cabezas, estratega de inversiones de Triodos Bank de los Países Bajos, comenta que se ha visto de manera positiva en el exterior la decisión de los votantes ecuatorianos de dejar el crudo restante del ITT en tierra. Sin embargo, ve pocas opciones para que llegue financiamiento internacional relacionado con esta decisión ambiental, sobre todo porque no existe una estabilidad política en el país. Cabezas conversó con EL UNIVERSO durante un evento sobre finanzas verdes y cambio climático. Ecuador dejará de percibir alrededor de $ 1.000 millones anuales por cerrar la llave del crudo en este bloque, que actualmente produce 59.000 barriles diarios, luego de que el 20 de agosto el sí ganara en la consulta popular.

Hace pocas semanas, Ecuador tomó una decisión sobre la explotación de crudo en el Yasuní que enfrenta el tema económico al ambiental. Se decidió dejar el crudo en tierra en el bloque 43, ubicado en el Yasuní. Ustedes, desde la banca internacional, ¿cómo lo perciben?

El tema de Yasuní fue recibido muy positivamente en Holanda, como un ejemplo de democracia en el tema del manejo energético. Esto, porque el pueblo opinó sobre el futuro del uso de los recursos naturales. Es cierto que hay que balancear el resultado económico con el impacto ambiental, pero también hay que tomar en cuenta que estamos atrasados en el tema del impacto que hemos creado como seres humanos en contra del medioambiente. A la par tenemos que tomar decisiones rápidas y buscar hacer una transición bien pensada. Esto quiere decir que vamos a dejar de generar recursos con base en petróleo y hay que pensar cuáles son las alternativas. El Banco Triodos, en el que yo trabajo, está enfocado mucho en la energía renovable, energía de viento, energía solar. El sol es un bien de todos nosotros, y tenemos que tratar de democratizar este tipo de energía para reemplazar al petróleo. La energía solar es de bajo costo y de cobertura amplia. Lo que se necesita es un financiamiento adecuado para que nos lleve a esta transición.

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¿Qué podría hacer Ecuador para acceder a financiamiento verde, utilizando este plus de haber dejado de producir petróleo en la Amazonía?

El Ecuador es un país que tiene un relativo nivel de riesgo. Estos son temas que no se pueden solucionar simplemente con la banca ni con el Gobierno. Es necesario un esfuerzo conjunto, a todo nivel, para crear las oportunidades para que los negocios prosperen. Necesitamos estabilidad política, económica, como la base para poder emprender negocios.

¿Pero los bancos europeos podrían sensibilizarse frente a la medida tomada por el Ecuador y apoyarlo con figuras de finanzas verdes, bonos de carbono? ¿O esto no es posible?

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Tiene razón. Yo me siento bastante orgullosa de trabajar en el Triodos, pues nosotros ya financiamos proyectos de iniciativas amigables. Hemos financiado proyectos con energía solar; el dinero ya ha llegado al Ecuador y ha facilitado este tipo de proyectos; es un hecho.

¿Pero con respecto al Yasuní particularmente?

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Esa es una siguiente etapa en el banco. Estamos financiando proyectos basados en la naturaleza. Por ejemplo, en el caso del Reino Unido, hemos financiado un proyecto para preservar los bosques y zonas agrícolas de manera que no se emitan más gases. Nos interesa generar factores que mitiguen la emisión del carbono. Son proyectos de largo plazo. Normalmente, la banca no tiene interés en proyectos tan largos, pero nosotros hemos tenido este tipo de proyectos.

Debe haber organismos distintos al Triodos Bank que puedan estar interesados en este tipo de proyectos... ¿A dónde debería apuntar Ecuador? Son $ 1.200 millones anuales...

Hay que generar inclusión financiera. Hay una parte de la población que todavía no participa en el sector financiero, porque no tiene ingresos suficientes. Esa es la parte social que debemos reactivar para que la gente tenga suficientes ingresos y generar un sistema más sólido que financie proyectos más de largo plazo. Ecuador no tiene tanto acceso a los mercados internacionales; es el ahorro interno que va a mover este tipo de proyectos. Hay que tomar conciencia de que es la gente de este país la que nos puede sacar de los problemas que tenemos. Tenemos la tendencia de decir: “Veamos en el exterior cuánto financiamiento nos pueden dar”, pero el recurso humano es su mayor riqueza.

¿Usted descarta que se pudiera hacer algo parecido a lo que se planteó en el gobierno de Rafael Correa, tal vez más transparente para que no fracase y pueda ser aceptado?

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Lo que pasa es que necesitamos disciplina política, reducir el riesgo político. Como estos serían proyectos de largo plazo, requieren de una economía y una situación política relativamente estables. Debemos tener conciencia de dónde debemos nosotros fortalecernos.

Entonces, hay que poner los pies sobre la tierra, no es una tarea fácil…

Pero es necesario para saber dónde iniciar y dónde trabajar, paso a paso. (I)