Los principales mercados bursátiles del mundo se recuperaron este martes tras la estrepitosa caída del denominado “lunes negro”, que fue provocada principalmente por la apreciación del yen y el temor de una posible recesión económica en Estados Unidos al conocerse un informe sobre empleo, que dio cuenta de una histórica subida de la tasa de desempleo al 4,3 %.

Si bien la jornada global mejoró en las bolsas de valores de Nueva York y Tokio, quedan en el aire inquietudes por las eventuales consecuencias que podrían venir para Ecuador.

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Tres analistas consultados por este Diario señalan que lo ocurrido en las bolsas de valores responde a las estimaciones de los inversionistas sobre lo que pase en EE. UU. y sus efectos en el consumo. También fue una suerte de “reacomodo” de los mercados, que se da cuando los precios de las acciones de algunas empresas crecen constantemente y luego llegan a un punto de quiebre.

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En ese contexto, consideran que los impactos en Ecuador -en positivo y negativo- no se sentirán de inmediato, sino más adelante, y dependerán de cómo evolucione la economía estadounidense, el comportamiento de los inversionistas, y la decisión que tome la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) en las próximas semanas respecto de los tipos de interés.

El mercado evalúa si la Reserva Federal esperó demasiado para bajar sus tasas de interés, tras conocerse los datos de empleo en la principal economía del mundo, dos días después del final de una reunión del Banco Central que mantuvo los tipos de interés.

La FED mantiene en niveles inéditos en más de dos décadas sus tasas de interés, entre 5,25 % y 5,50 %. Las subió para enfriar la economía ante una elevada inflación. Tasas de interés altas encarecen el crédito y desalientan el consumo y la inversión, reduciendo así presiones sobre los precios.

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Además, la subida de tasas por parte del Banco de Japón (central) hizo que los fondos especulativos limitaran el carry trade en yenes, un mecanismo que consiste en tomar crédito en moneda japonesa a tasa baja para invertir en activos de riesgo como las acciones del Nasdaq, recoge la agencia AFP.

La próxima reunión de la FED está prevista para septiembre, sin embargo, dadas las condiciones actuales, no sería una sorpresa si la cita se adelanta para agosto y el organismo resuelve bajar las tasas de interés, observa el economista Walter Spurrier, director de Análisis Semanal.

Spurrier describe que lo del lunes fue “un movimiento especulativo” alentado por una idea de recesión de Estados Unidos, algo que aún no existe, asegura. “La economía norteamericana está creciendo, según los últimos datos”, precisa.

A su criterio, los posibles impactos para Ecuador se podrían dividir en dos escenarios: la situación especulativa de hoy y lo que pasaría si hay una recesión en EE. UU.

En el primer caso, los efectos inmediatos son que los inversionistas van a considerar que si hay una recesión el precio del petróleo va a bajar, porque habrá menos demanda de petróleo.

“Están apostando en el mercado a que el precio caiga. Eso está reduciendo el precio del petróleo, lo cual nos incide (a Ecuador) mayormente de una manera negativa, porque habrá menos renta petrolera. La parte positiva es que también baja el costo de los combustibles que importamos”, explica el director de Análisis Semanal.

En el segundo caso, “el susto” que se tiene sobre EE. UU. se fundamenta en que la FED no bajó las tasas de interés, porque priorizó el enfriamiento de la inflación. “Lo más probable es que la FED se apresure a bajar las tasas de interés, que espere a la reunión de septiembre o llamen a una reunión de emergencia y bajen las tasas en medio punto, para frenar la especulación. Eso va a significar que nuestra deuda externa (de Ecuador) se va a abaratar”, agrega.

El lunes el precio internacional del crudo WTI (West Texas Intermediate), de referencia para Ecuador, cerró con una pérdida del 0,8 % y se situó en su precio más bajo en seis meses, de $ 72,94 por barril, arrastrado por los temores de recesión en Estados Unidos, informó la agencia EFE.

Para este martes, el barril WTI reportó un aumento y se ubicó en $ 73,30 para los contratos de septiembre, según Bloomberg.

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David Castellanos, economista y docente universitario, coincide en que si se confirma una recesión o estancamiento de la economía estadounidense y la FED reduce los tipos de interés “Ecuador podría tener una afectación por el comercio, pero por otro lado también una oportunidad de atracción de liquidez”.

“Disminuirían las exportaciones ecuatorianas hacia ese país, su principal socio comercial, y caería el precio del petróleo, porque en una recesión el consumo y la demanda disminuyen”, reseña.

Castellanos puntualiza que las negociaciones de exportaciones se cierran en los mercados con tres meses de anticipación, por ello, en este aspecto las consecuencias se verían en el último trimestre del año.

¿Dónde se da el efecto positivo?

El efecto positivo vendría en materia financiera si la FED reduce las tasas de interés, con el fin de inyectar liquidez o dinero en mejores condiciones, más barato, hacia el mercado.

“Esto generará una oportunidad para poder atraer flujos al Ecuador. Nos abre una posibilidad a nosotros de que se puedan buscar canales de fondeo privado, que los bancos puedan obtener líneas de crédito en mejores condiciones y eso inmediatamente se traduzca en volumen de actividad económica, que le haría bien al Ecuador”, dice Castellanos.

Y opina que desde el Gobierno se deben tomar las decisiones adecuadas para contener a tiempo los posibles efectos negativos y aprovechar las oportunidades que se presenten.

Por otro lado, una recesión en Estados Unidos, provocada por aumento del desempleo, afectaría el equilibrio de la balanza de pagos de Ecuador porque el rubro de las remesas que envían los migrantes al país se reduciría, apunta el economista Diego Olmedo.

“El estancamiento del empleo en EE. UU. sin duda va a afectar un porcentaje fuerte a las remesas que vienen de ese país y eso desmejorará el consumo de los hogares, de las familias, el personal, que representa el 66 % de nuestro PIB”.

Los migrantes que pierdan sus empleos no tendrán dinero suficiente para mantenerse y además enviar a sus familiares en Ecuador; o, en su defecto, ante el temor de quedar desempleados serán más cautos en el manejo y flujo de sus recursos.

De acuerdo con datos del Banco Central del Ecuador (BCE), en el primer trimestre de 2024 Ecuador recibió $ 1.393 millones por concepto de remesas desde los diferentes países donde se encuentran los ecuatorianos, la cifra creció un 16,9 % en relación con el mismo periodo de 2023.

Estados Unidos es el lugar desde donde llega más dinero. Entre enero y marzo de este año, el 70,6 % de las remeses provinieron del país norteamericano, sumando un total de $ 983,3 millones, lo que representó un aumento del 19,9 % respecto del mismo periodo de 2023 cuando las remesas desde EE. UU. sumaron $ 820,7 millones.

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Aún es prematuro vaticinar con precisión lo que vendrá, menciona Olmedo y añade que lo que se experimenta ahora es “un ambiente de pánico producto de un nivel de desconfianza o falta de expectativas” de lo que serán las inversiones públicas y privadas, así como el consumo en los siguientes meses.

Las próximas estadísticas de empleo en EE. UU. darán un panorama más aterrizado, pero también hay que considerar que el último trimestre del año la economía mundial “se calienta” debido al alto consumo de la temporada de Navidad y fin de año.

En lo interno, la coyuntura puede servir a las familias y empresas del país para tomar previsiones sobre sus presupuestos y manejarlos de manera más rígida y planificada, porque la liquidez no será abundante, advierte Olmedo. (I)