El objetivo de inmunizar a nueve millones de personas contra el COVID-19 en cien días dependerá de la cantidad de vacunas que pueda conseguir el nuevo gobierno de Ecuador, consideran varios expertos médicos, que dan crédito al plan que oficialmente se puso en marcha este lunes.

Antes de posesionarse como presidente y con la información del saliente, Lenín Moreno, sobre que dejó comprados más de 20 millones de dosis a diferentes laboratorios, Guillermo Lasso ofreció vacunar a 90.000 personas cada día en Ecuador, según consta en su página web, utilizando los 2.100 centros de salud que hay en el país.

Pero siete millones de esas dosis corresponden a la iniciativa Covax, un fondo de acceso global de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que no ha sido equitativo ni oportuno, de acuerdo con una carta firmada por Lasso (y otros seis mandatarios de la región) el pasado 24 de mayo, cuando se posesionó en el cargo.

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Según el documento, el mecanismo Covax de la OMS, “solo ha obtenido un tercio de la suma necesaria de vacunas para lograr dar la cobertura acordada” y “sigue pendiente la tarea de aumentar la capacidad de fabricación en todas las regiones del mundo, incluida América Latina y el Caribe”.

Los países a los que Lasso recurre en busca de más vacunas contra el COVID-19 para frenar la pandemia en Ecuador

Este lunes, en la presentación oficial del nuevo plan de vacunación, Lasso ratificó su crítica a la demorada gestión de la OMS: “Hemos recibido muy pocas vacunas. Estamos comprometiendo a la ONU para que se acelere el proceso Covax y tener un acceso más rápido a dosis. Vamos a insistir a nuestros amigos de Estados Unidos, Reino Unido, China, Argentina y Brasil para que nos apoyen”.

El presidente Lasso dijo este lunes que ha solicitado a su homólogo ruso, Vladimir Putin, la adquisición de 18 millones de dosis de la vacuna anticovid-19 Sputnik V.

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Un plan posible

¿Qué tan realizable es el plan propuesto por Lasso? “Todo dependerá de la gestión política del Gobierno para conseguir más vacunas”, dice el médico epidemiólogo Washington Alemán.

Él considera que empezar a usar la estructura del Consejo Nacional Electoral (CNE) le dará agilidad al proceso de vacunación, si lo usa de manera correcta, observando las medidas de bioseguridad para evitar aglomeraciones, tal como se hace en los puntos donde colabora el Municipio de Guayaquil.

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Este es el link de consulta de vacunación contra el COVID-19.

La ministra de Salud, Ximena Garzón, dijo que habrá 317 lugares de vacunación, que atenderán entre 08:00 y 17:00, donde se podrán inmunizar 100 personas en cada uno, lo que daría un promedio de 31.700 inmunizados a diario solo en dichos establecimientos, que fueron parte de la estructura de más de 4.200 recintos de votación que se usaron en las últimas elecciones.

“Es correcto usar los recintos electorales de acuerdo con la demanda. ¿Si no tienes muchas vacunas, para qué vas a tener tantos?” dice Alemán, quien considera que “hay que darle tiempo al nuevo gobierno”. porque un plan de la magnitud que prevé no se hace de un día a otro.

Para llegar a la inmunidad de rebaño, según la ministra de Salud, hay que alcanzar a un 70% de la población. Alemán coincide con esa cifra y añade que con la vacuna se debería llegar a un 40% de los ciudadanos, que es un mínimo aceptable, y el resto se da por aquellos que ya tienen anticuerpos al haber contraído la enfermedad.

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Una advertencia

Para el médico Javier Flores, quien suele dar charlas sobre farmacología a estudiantes de medicina, el nuevo gobierno ha planteado un programa ideal, basado en planes que ya han dado resultados positivos en otros países, en los que se da prioridad por edades y enfermedades catastróficas, pero el problema radica en su ejecución.

“El hecho de considerar que el 100% de las vacunas serán aplicadas tomando en cuenta que algunas pueden sufrir daños en su transporte o no ser aceptadas por la población, recordando el recelo que existe por la desinformación, es un factor a tomar en cuenta”, explica Flores.

Una mujer recibe la vacuna contra el covid-19 en la Universidad Salesiana, en Quito, durante la presentación del nuevo programa del Ministerio de Salud Pública. EFE/ José Jácome Foto: EFE

Si el Gobierno logra aplicar entre 70.000 y 80.000 vacunas diarias se consideraría satisfactoria la ejecución del plan, pero eso no garantiza por sí solo que sea exitoso, agrega el médico general.

A él le preocupa “el silencio del COE” desde que Guillermo Lasso tomó el poder en Carondelet. “Varios países con modelos exitosos de vacunación han sido testigos de nuevas olas por relajamiento de las medidas. El nuevo plan recién tiene horas de empezar y no existe ningún tipo de plan de control sobre la población, lo cual lo puede llevar al fracaso a pesar de que se eleve la tasa de vacunación de la población”, advierte Flores.

“En palabras sencillas, el plan en papeles es espectacular, su ejecución con ayuda de la empresa privada da “buena espina”, pero el silencio con relación a medidas que disminuyen de la transmisión por medio del COE nacional deja mucho que pensar”.

La tregua de los 100 días

Wilson Tenorio, presidente del Colegio de Médicos del Guayas, recuerda que su gremio fue el que planteó “la factibilidad de vacunar a la población utilizando el padrón electoral”. Con ese antecedente, el médico considera que está bien sumar nuevos sitios de vacunación, como los recintos electorales, y mantener otros donde ya se venían colocando las vacunas desde el régimen anterior, “porque allí ya se cuenta con la infraestructura para conservar la cadena de frío” necesaria para la efectividad de las vacunas.

Tenorio también resalta que el plan considere a los grupos etarios, en orden descendente, empezando por adultos mayores y terminando con los más jóvenes, hasta lograr la inmunidad de rebaño, pero pide considerar que, con las nuevas variantes, los que pueden ser afectados también son los que representan al 80% de la población económicamente activa, que van de los 20 a 64 años de edad. Ese grupo no puede esperar más.

“La meta es bastante grande, pero no hay que satanizar el plan” antes de tiempo, dice el representante de los galenos del Guayas, y le recuerda a Lasso varios compromisos firmados en campaña.

“Los gremios hemos dado 100 días de tregua al Gobierno para verificar que todo lo ofrecido en materia de salud se cumpla, entre eso la adquisición de fármacos para pacientes con COVID, para lo cual se solicita una subasta directa como lo hace la Junta de Beneficencia de Guayaquil, sin tanta traba”.

Otro programa que hay que tener en cuenta, indica Tenorio, es el control de vectores en la Costa.

“Solicitamos la reapertura del Hospital Alfredo Valenzuela, que vuelva a darle facultades para elaboración de vacunas al Instituto Nacional de Higiene y que el Servicio Nacional de Erradicación de la Malaria vuelva a restituirse porque tenemos dengue con altísima mortalidad, que en el 2021 supera a años anteriores”, manifiesta el dirigente médico.

Tenorio es veedor oficial, nombrado por el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, para verificar el cumplimiento de la Ley de Apoyo Humanitario que ofrecía nombramiento al personal médico que ha trabajado en la primera línea.

El plan de Lasso requiere una concatenación de esfuerzos, dice Tenorio, y lo sabe la ministra de Salud, que este lunes prometió relevos al personal médico de primera línea que viene vacunando todos los días a los ciudadanos, atendiendo a los enfermos.

“Pero necesitamos más manos, que participen personal del MSP, del IESS, Fuerzas Armadas, municipios y gremios de profesionales de la salud para contribuir con el plan”, enfatiza Tenorio. “Necesitamos personal médico con estabilidad laboral para fortalecer la atención primaria de salud para el bienestar de todos”. (I)