Daniel Sánchez es médico en salud pública y gestión hospitalaria, y desde el año pasado se desempeña como director de la Agencia de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa).

Según esa entidad, ha dirigido varias casas de salud del país. En una entrevista con este Diario se refiere a los hallazgos encontrados por universidades sobre probable contaminación en algunos alimentos y cómo la institución que dirige realiza el control, además de las necesidades que tienen.

En la página de la Arcsa hay 354 alimentos que cumplen con parámetros permitidos para consumo humano, pero 23 no cumplen, y entre ellos productos básicos, como leche, agua y arroz. ¿A qué atribuye que esto se haya producido?

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La Arcsa lleva desde diciembre un cambio del enfoque o de la gestión a nivel territorial, priorizando la salud pública en las acciones de control a los productos.

Eso nos ha permitido generar mayores controles, sobre todo, optimizar la calidad del control, no únicamente de etiquetado, de términos físicos del producto, sino parámetros de análisis de laboratorio para con ello garantizar que cumplan con inocuidad, calidad, eficacia y, en el caso de medicamentos, su seguridad.

Hemos realizado en lo que va del 2024 cerca de 15.000 controles y cientos de muestreos, de diferentes productos, ya no solamente relacionados con la contaminación por metales pesados, sino ya como parte de nuestra planificación en torno a un perfilamiento de riesgos sanitarios.

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Día a día se irán aumentando estos listados tanto de cumplimiento como de incumplimiento y pondremos en conocimiento de los ciudadanos.

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¿Este barrido se va a hacer a todos los productos que se exhiben?

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Hacemos los controles sobre un perfilamiento del riesgo. Tienen mayor nivel el agua para el consumo humano, lácteos... Recategorizamos también los productos que tendrían dentro de sus materias primas la canela de ingrediente, bebidas alcohólicas y algunos otros.

Estos productos, de alto riesgo, por posibilidad de contaminación microbiológica, manipulación, demanda de consumo son sobre los cuales trabajamos para desarrollar un control exhaustivo y permanente. Los de nivel medio también serán controlados. Y de nivel bajo podrían ser controlados siempre que exista una alerta.

A nivel nacional, la Arcsa tiene más de 55.000 entre registros y notificaciones (sanitarias) para medicamentos, dispositivos, alimentos, por lo que, al ser un universo grande de productos, enfocamos nuestros esfuerzos en la optimización a través de perfilamiento de riesgo sanitario.

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¿Qué debemos entender por “productos de riesgo de nivel medio”?

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No son tan susceptibles a contaminación. Tienen periodos aptos para el consumo un poco más prolongados. Pueden almacenarse al ambiente.

Hemos hecho consultas con varias universidades sobre estudios que han hecho en alimentos y han hecho hallazgos preocupantes sobre contaminantes. ¿Ustedes tienen un acercamiento para un trabajo conjunto?

Desde enero realizamos ya una invitación a todas las universidades que quieran formar parte del sistema de análisis de la Arcsa para poder sumarse a los análisis de laboratorio.

Sin embargo, uno de los requisitos es tener los parámetros acreditados por el Servicio de Acreditación Ecuatoriano. Dentro de la red hay dos universidades y dos por incorporarse.

Quizá el hallazgo más preocupante es de la Politécnica Nacional sobre altas concentraciones de plomo en muestras de leche en tres ciudades. A partir de eso, ¿qué están haciendo en este tema?

Hemos generado reuniones tanto en la parte investigativa como de autoridades de esta universidad, a las cuales también las hemos invitado a formar parte de nuestros laboratorios de referencia.

Al final del día puso en conocimiento público una información de un proceso de investigación con muestras que habían sido tomadas en el 2020, lo cual no refleja la realidad del mercado actual, por lo que a través de este trabajo articulado primero lo que necesitamos es avocar conocimiento sobre en qué productos se encontraron estos hallazgos.

Esa información no ha sido transferida a la institución. Sin embargo, estamos dentro de nuestra planificación controlando los lácteos en algunos parámetros y, cada vez que existieran novedades, las comunicaremos como ya lo hemos hecho ya.

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¿Cómo está su capacidad instalada para los controles?

Necesita un repotenciamiento, por lo cual hemos presentado al ministro de Finanzas, con quien, en los próximos días, podremos sostener una nueva reunión una vez aprobada la proforma general del Estado.

Necesitamos, a corto plazo, aumentar nuestra capacidad instalada con universidades y laboratorios acreditados.

Como segundo paso, se nos brinde un recurso que nos permita invertir para el fortalecimiento de nuestros laboratorios, y a largo plazo estamos trabajando en el diseño de un proyecto de inversión sobre los nuevos laboratorios.

¿Qué garantiza que lo que estamos consumiendo no sea peligroso para la salud?

Podemos garantizar que la Arcsa está ejecutando y fortaleciendo sus mecanismos de control, transparentando la información. Eso nos permite brindar certezas a los ciudadanos y también que la industria pueda fortalecer sus mecanismos de calidad para garantizar la producción nacional.

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¿Cómo hacer para que las empresas mejoren quizá sus sistemas de calidad?

Con la vigilancia activa. Adicionalmente, estamos fortaleciendo la calidad del control, haciendo análisis de laboratorio y, a la par, estamos trabajando en la normativa para nuevos parámetros de control que permitan garantizar, sobre todo, las materias primas que ingresan a la producción. (I)